quarta-feira, 14 de janeiro de 2009

Arzobispo cismático Lefebvre sí firmó todos los documentos del Concilio Vaticano II


.- El arzobispo Marcel Lefebvre, quien falleciera en 1991 excomulgado por ordenar en 1988 a 4 obispos sin permiso de la Santa Sede, sí firmó todos y cada uno de los documentos del Concilio Vaticano II, que más tarde "criticaría ásperamente", según informa el diario español La Razón a partir de un artículo publicado en la revista italiana Panorama.

El artículo "En el corazón secreto del Vaticano" escrito por Ignazio Ingrao y publicado en la mencionada revista italiana, precisa que entre los documentos que se encuentran en el Archivo Secreto del Vaticano "están los del Concilio Vaticano II que desenmascaran una falsedad histórica difundida por los tradicionalistas" presididos actualmente por el obispo cismático Bernard Fellay que hace unos meses rechazó aceptar las condiciones de la Santa Sede para volver a la plena comunión con la Iglesia Católica, comunicadas a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.

"Marcel Lefebvre, el Arzobispo que contestó a las reformas conciliares y fue excomulgado por haber ordenado cuatro obispos sin el permiso del Papa, en realidad firmó con su puño y letra los documentos del Concilio Vaticano II, comenzando por la constitución Gaudium et spes, que luego criticaría ásperamente", señala Ingrao en el artículo de Panorama.

"La firma de Lefebvre aparece al pie de todos los documentos del Concilio", confirma a Panorama el historiador Piero Doria, oficial del Archivo Secreto Vaticano que sirvió de guía a Ingrao para su reportaje.

En declaraciones exclusivas a ACI Prensa, Ignazio Ingrao comentó que en su reportaje, por "primera vez se ha permitido a un fotógrafo y a un periodista fotografiar y describir" el gran espacio "en donde se conservan las cartas relativas a los dos mil años de historia de la Iglesia".
Asimismo, Ingrao precisó a nuestra agencia que "en realidad los historiadores y los especialistas ya sabían que Lefebvre había firmado los documento del Concilio. Pero es grande el público que siempre lo ha ignorado, así como difundida está una cierta propaganda tradicionalista que sostiene que Lefebvre siempre se opuso a estos textos. Los originales de los documentos del Concilio (Vaticano II) demuestran lo contrario y para muchos esto ha sido una sorpresa".

Más datos

El artículo de Panorama también comenta alguno otros datos poco conocidos como "el apunte autógrafo inédito de Pablo VI, fechado el 24 de octubre de 1963, con el cual el Pontífice, electo hacía pocos meses, invita a la comisión de trabajo sobre la 'Doctrina de la Fe' a reunirse más seguido para que la segunda sesión conciliar pueda cerrarse con algunas deliberaciones concretas sobre el esquema del documento dedicado a la Iglesia, que luego se convertiría en la constitución Lumen gentium".

"Es interesante –prosigue el reportaje– también el texto de la comunicación confidencial de Juan XXIII (el Papa que convocó el Concilio Vaticano II) a los cardenales, del 30 de mayo de 1960, con la que el Papa Roncalli traza ya las líneas principales y los objetivos del evento conciliar".

Ingrao se refiere luego a la continuidad del Concilio Vaticano II y cita a Doria al respecto: "es indudable que desde el punto de vista teológico hay continuidad del Concilio Vaticano II con la tradición, mientras que desde el punto de vista de la relación de la Iglesia con el mundo hay una evidente innovación".

Asimismo, añade Ingrao, "el Archivo Secreto del Vaticano permite corregir otra falsedad de la historia, según la cual Pablo VI habría buscado sofocar el aliento revolucionario de Juan XXIII. 'Todo lo contrario', precisa Doria. 'En particular se debe al Papa Montini (Pablo VI) sobre todo la valorización de la colegialidad. Con él los obispos se convirtieron en los verdaderos protagonistas del Concilio'".