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segunda-feira, 13 de fevereiro de 2012

Time To Admit It: The Church Has Always Been Right On Birth Control Read - by Michael Brendan Dougherty and Pascal-Emmanuel Gobry

In Business Insider

Painting the Catholic Church as "out of touch" is like shooting fish in a barrel, what with the funny hats and gilded churches. And nothing makes it easier than the Church's stance against contraception.

Many people, (including our editor) are wondering why the Catholic Church doesn't just ditch this requirement. They note that most Catholics ignore it, and that most everyone else finds it divisive, or "out-dated." C'mon! It's the 21st century, they say! Don't they SEE that it's STUPID, they scream.

Here's the thing, though: the Catholic Church is the world's biggest and oldest organization. It has buried all of the greatest empires known to man, from the Romans to the Soviets. It has establishments literally all over the world, touching every area of human endeavor. It's given us some of the world's greatest thinkers, from Saint Augustine on down to René Girard. When it does things, it usually has a good reason. Everyone has a right to disagree, but it's not that they're a bunch of crazy old white dudes who are stuck in the Middle Ages.

So, what's going on?

The Church teaches that love, marriage, sex, and procreation are all things that belong together. That's it. But it's pretty important. And though the Church has been teaching this for 2,000 years, it's probably never been as salient as today.

Today's injunctions against birth control were re-affirmed in a 1968 document by Pope Paul VI called Humanae Vitae. He warned of four results if the widespread use of contraceptives was accepted:

  1. General lowering of moral standards
  2. A rise in infidelity, and illegitimacy
  3. The reduction of women to objects used to satisfy men.
  4. Government coercion in reproductive matters.

Does that sound familiar?

Because it sure sounds like what's been happening for the past 40 years.

As George Akerloff wrote in Slate over a decade ago,

By making the birth of the child the physical choice of the mother, the sexual revolution has made marriage and child support a social choice of the father.

Instead of two parents being responsible for the children they conceive, an expectation that was held up by social norms and by the law, we now take it for granted that neither parent is necessarily responsible for their children. Men are now considered to be fulfilling their duties merely by paying court-ordered child-support. That's a pretty dramatic lowering of standards for "fatherhood."

How else are we doing since this great sexual revolution? Kim Kardashian's marriage lasted 72 days. Illegitimacy: way up. In 1960, 5.3% of all births in America were to unmarried women. By 2010, it was 40.8% [PDF]. In 1960 married families made up almost three-quarters of all households; but by the census of 2010 they accounted for just 48 percent of them. Cohabitation has increased tenfold since 1960.

And if you don't think women are being reduced to objects to satisfy men, welcome to the internet, how long have you been here? Government coercion: just look to China (or America, where a government rule on contraception coverage is the reason why we're talking about this right now).

Is this all due to the Pill? Of course not. But the idea that widely-available contraception hasn't led to dramatic societal change, or that this change has been exclusively to the good, is a much sillier notion than anything the Catholic Church teaches.

So is the notion that it's just OBVIOUSLY SILLY to get your moral cues from a venerable faith (as opposed to what? Britney Spears?).

But let's turn to another aspect of this. The reason our editor thinks Catholics shouldn't be fruitful and multiply doesn't hold up, either. The world's population, he writes, is on an "unsustainable" growth path.

The Population Bureau of the Department of Economic and Social Affairs of the United Nations sees (PDF, h/t Pax Dickinson) the rate of population growth slowing over the next decades and stabilizing around 9 billion in 2050…and holding there until 2300. (And note that the UN, which promotes birth control and abortions around the world, isn't exactly in the be-fruitful-and-multiply camp.)

More broadly, the Malthusian view of population growth has been resilient despite having been proven wrong time and time again and causing lots of unnecessary human suffering. For example, China is headed for a demographic crunch and social dislocation due to its misguided one-child policy.

Human progress is people. Everything that makes life better, from democracy to the economy to the internet to penicillin was either discovered and built by people. More people means more progress. The inventor of the cure for cancer might be someone's fourth child that they decided not to have.

So, just to sum up:

  • It's a good idea for people to be fruitful and multiply; and
  • Regardless of how you feel about the Church's stance on birth control, it's proven pretty prophetic.


quarta-feira, 9 de novembro de 2011

Pío XII, vestido de franciscano, y Pablo VI, de sacerdote común, salvaron personalmente a una judía

In Aci

El Venerable Papa Pío XII no solo ayudó a salvar a casi 900 mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial sino que también él mismo y en persona ayudó a varios de ellos en la ciudad de Roma, según afirma un experto historiador judío.


Hace poco Gary Krupp conoció el relato de una judía cuya familia fue rescatada gracias a la intervención directa del Vaticano. "Hay una carta inusual, escrita por una mujer que aún vive en el norte de Italia, quien dijo que participó con su madre, su tía y otros parientes en una audiencia con Pío XII en 1947".

Junto a Pío XII estaba su Secretario de Estado, el entonces Mons. Giovanni Montini, que sería luego el Papa Pablo VI.

Reconocidos por una mujer judía

"Su tía miró al Papa y dijo: ‘usted estaba vestido como franciscano’, y miró a Montini quien estaba a su costado y le dijo ‘y usted como un sacerdote común. Me sacaron del gueto y me llevaron al Vaticano’. Montini le dijo inmediatamente: ‘silencio, no repitan esta historia".

Krupp cree que estas afirmaciones son ciertas porque están en la línea del carácter de Pío XII quien "necesitaba ver con sus propios ojos cómo eran las cosas".

"Solía salir en su carro a zonas bombardeadas de Roma, y ciertamente no tenía miedo. De la misma forma lo puedo ver entrando al gueto para ver lo que estaba sucediendo", afirma el experto historiador.

Pave de Way Foundation
Krupp y su esposa Meredith son los fundadores de la Pave the Way Foundation iniciada en 2002 para "identificar y eliminar los obstáculos no teológicos entre las religiones". En 2006 líderes católicos y judíos le solicitaron investigar el "escollo" de la reputación del Papa Pío XII durante la guerra. Con este descubrimiento, Wall, un neoyorkino de 64 años cree que finalmente ha logrado un gran avance.

Judíos que defienden a Pío XII

"Somos judíos. Crecimos odiando el nombre de Pío XII. Creíamos que era antisemita, creíamos que era un colaborador de los nazis, todas las cosas que se dicen de él, las creíamos".

Krupp está de acuerdo con las conclusiones de otro historiador judío y diplomático israelí, Pinchas Lapide, quien afirma que las acciones del Papa Pío XII y del Vaticano permitieron salvar a aproximadamente 897 mil judíos durante la guerra.

Pave the Way tiene unas 46 mil páginas de documentación histórica que sostiene esta afirmación, que ahora ofrecen en su sitio web junto a numerosas entrevistas con testigos presenciales e historiadores.

"Creo que es una responsabilidad moral, esto no tiene nada que ver con la Iglesia Católica. Sólo tiene que ver con la responsabilidad judía de reconocer a un hombre que en realidad salvó a un enorme número de judíos en todo el mundo mientras estaba rodeado de fuerzas hostiles, infiltrado por espías y bajo amenaza de muerte".

Krupp explicó que una de las formas de esta ayuda se dio a través de la red de nunciaturas apostólicas en todo el mundo con las que se sacaba a los judíos perseguidos en Europa. Por ejemplo, entre 1939 y 1945 el Vaticano solicitó 800 visas para entrar a la República Dominicana. Esta acción y otras similares permitieron salvar a más de 11 mil judíos solo de esa forma.

Conspiración de la KGB

Pave the Way también tiene evidencia que demuestra que la reputación que manejan los enemigos de la Iglesia sobre el Papa Pío XII nace como una conspiración de la KGB rusa. Un exoficial de esta institución, Ion Mihai Pacepa, precisa que todo fue complot soviético.

Krupp precisa que los comunistas querían "desacreditar al Papa luego de su muerte, para destruir la reputación de la Iglesia Católica y, más importante para nosotros, para aislar a los judíos de los católicos. Tuvieron éxito en esas tres áreas".

En su opinión todo esto está cambiando ahora. Cuando lo escuchan hablar, dice Krupp, "muchos judíos han estado extremadamente agradecidos. ‘Me siento feliz de escuchar eso. Nunca quise creer esto de él (Pío XII), especialmente los que lo conocimos".

segunda-feira, 28 de fevereiro de 2011

Papa abandonado por Sacerdotes, Religiosos e Bispos, denuncía Núncio Apostólico


O Núncio Apostólico da Argentina lançou a diplomacia às urtigas e proferiu uma homilia no dia 22 do corrente mês (festa da Cátedra de S. Pedro) da qual transcrevemos a quase totalidade:


"Damos por descontado el primer punto, fundamental para la Iglesia, porque sin este primado de Pedro y la comunión con el mismo, no existe la Iglesia Católica. Permítanme, en cambio, algunas reflexiones sobre el segundo punto: las fuerzas del Mal, que Mateo llama “el poder de la Muerte”.

Asistimos hoy a un ensañamiento muy especial contra la Iglesia Católica en general y el Santo Padre en particular. ¿Por qué todo esto? ¿Cuál es el motivo principal? Lo podemos enunciar en pocas palabras: ¡Es la Verdad que nos da el Mensaje de Cristo!

Cuando esta Verdad no se opone a las fuerzas del mal todo va bien. En cambio, cuanto presenta la mínima oposición, surge una lucha que se hace calumnia, odio e incluso persecución contra la Iglesia y más específicamente contra la persona del Santo Padre.

Veamos algún punto de la historia, que es “la maestra de la verdad”.

Los años inmediatamente subsiguientes al Vaticano II transcurren en una euforia general para la Iglesia y en consecuencia para el Papa. Pero es suficiente la publicación de la “Humanae Vitae”, con la que el Santo Padre confirma la doctrina tradicional, en base a la cual el acto conyugal y el aspecto procreativo no pueden ser lícitamente separados, que estallan las críticas mas feroces contra Pablo VI, que hasta aquel momento había agradado al mundo. Sus simpatías por Jacque Maritain y por el humanismo integral habían abierto las esperanzas de los ambientes modernistas internos a la Iglesia y al progresismo político y mundano.

Lo mismo se repite más veces en el largo pontificado de Juan Pablo II. Cuando es elegido, las élites culturales occidentales están fascinadas por la lectura marxista de la realidad. Juan Pablo II no se adapta a este embarazoso conformismo cultural y traba con el comunismo un duelo muy duro, que lo lleva sin más a ser un blanco físico de un oscuro proyecto homicida.

Lo mismo le sucederá siempre a Juan Pablo II con respecto a la Bioética, sobre todo con la publicación de la “Evangelium Vitae” del 1995, un compendio sólido y sin detracciones sobre las principales cuestiones de la vida y de la muerte.

Y ahora, siempre por el amor a la “Verdad verdadera y Evangélica”, el blanco se ha vuelto sobre Benedicto XVI. Ya marcado con desprecio en los años precedentes como “guardián de la fe”, apenas elegido, acogido de inmediato por los comentaristas de todo el mundo con una mezcla de sentimientos, que iban de la rabia al miedo, al verdadero y propio temor.

Ahora, una cosa es cierta: El Papa Benedicto imprimió a su pontificado el sello de continuidad con la tradición milenaria de la Iglesia y sobre todo de purificación. Sí, porque a la inseguridad de la fe siempre le sigue la ofuscación de la moral.

En realidad, si queremos ser sinceros, debemos reconocer que año tras año ha aumentado, entre teólogos y religiosos, hermanas y obispos, el grupo de cuantos están convencidos que la pertenencia a la Iglesia no comporta el conocimiento y la adhesión a una doctrina objetiva.

Se ha afirmado un catolicismo “ á la carte”, en el cual cada uno elige la porción que prefiere y rechaza el plato que considera indigesto. En la práctica un catolicismo dominado por la confusión de los roles, con sacerdotes que no se aplican con empeño a la celebración de la Misa y a las confesiones de los penitentes, prefiriendo hacer otra cosa. Y con laicos y mujeres que buscan sustraer un poco por vez, el lugar al sacerdote para ganarse un cuarto de hora de celebridad parroquial, leyendo la oración de los fieles o distribuyendo la comunión.

He aquí que el Papa Benedicto, precisamente por su fidelidad a la “Verità” hace una cosa que escapó a la atención de muchos comentaristas: trae de nuevo, integralmente, el credo en la fórmula del concilio de Constantinopla, es decir en la versión normalmente contenida en la Misa. El mensaje es claro: recomenzamos de la doctrina, de los contenidos fundamentales de nuestra fe. “Sí, porque -escribe el teólogo y Pontífice Ratzinger- el primer anuncio misionero de la Iglesia hoy es puesto en peligro por teorías de tipo relativista, que entienden justificar el pluralismo religioso, no solo “de facto”, sino también “de jure”.

La consecuencia de este relativismo, explica el futuro Benedicto XVI, es que se consideren superadas una serie de verdades, como por ejemplo: el carácter definitivo y completo de la revelación de Cristo; la naturaleza de la fe teologal cristiana con respecto a la creencia en las otras religiones; la unicidad y la universalidad salvífica en el misterio de Cristo; la mediación salvífica universal de la Iglesia; la subsistencia en la Iglesia Católica de la única Iglesia de Cristo.

He aquí, por lo tanto, la Verdad como causa principal de esta aversión y diría casi persecución al Santo Padre. Una aversión que tiene como consecuencia práctica su sentirse solo, un poco abandonado.

¿Abandonado de quién? ¡He aquí la gran contradicción! Abandonado por los opositores a la Verdad, pero sobre todo de ciertos sacerdotes y religiosos, no sólo Obispos, pero no de los fieles.

Así el clero está atravesando una cierta crisis, en el episcopado prevalece un bajo perfil, no obstante los fieles de Cristo están aún con todo su entusiasmo. Obstinadamente continúan rezando y van a Misa, a frecuentar los sacramentos y a rezar el rosario. Y sobre todo esperan en el Papa. Hay un sorprendente punto de solidez entre el Papa Benedicto y el Pueblo, entre el hombre vestido de blanco y las almas de millones de cristianos. Ellos entienden y aman al Papa. ¡Esto porque su fe es simple!. Por otra parte es la simplicidad la puerta de ingreso a la Verdad.

Durante esta Celebración Eucarística pidamos al buen Dios y a la Virgen poder formar parte, también nosotros de este tipo de cristianos."

Mons. Adriano Bernardini, Nuncio Apostólico

In AICA