Grupos laicistas y colectivos LGTB
(Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), como Colegas -que le ha
acusado de "incitación al odio y apología de la discriminación"- han
lanzado una campaña contra el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plà, por las palabras que pronunció durante los oficios del Viernes Santo.
La celebración, que tuvo lugar en la catedral de los Santos Niños Justo y Pastor, fue retransmitida por La 2 de TVE como parte de la programación de Semana Santa.
El prelado explicaba, ante la Cruz de Cristo, precio de nuestra salvación, cómo "el mal se nos presenta bajo la apariencia del bien" para tentarnos y nos lleva al pecado, que es "un engaño" y "una injusticia" y además "nos destruye".
Puso diversos ejemplos, como el adulterio, el aborto, las relaciones homosexuales, los empresarios que se aprovechan de los trabajadores, los trabajadores que sabotean a los empresarios, los jóvenes destruidos por el alcohol y las drogas y también los sacerdotes de "doble vida, corrompiendo las realidades sagradas que han recibido".
"El pecado es verdaderamente una ingratitud ante el amor más hermoso. Es una verdadera injusticia. Hemos pegado al bien que Dios nos ha hecho llevándole a la cruz": éste es el auténtico sentido de la predicación de monseñor Reig Pla, que se limitó a concretar esa ingratitud en casos muy tangibles hoy día en nuestra sociedad.
"El pecado", además -era otra idea central de su intervención- "lleva como paga la destrucción de la persona", y los ejemplos puestos se expusieron precisamente en su faceta destructiva, ante la cual el amor de Dios no es indiferente y con su gracia "todo cambio es posible".
Abajo puede escucharse la homilía completa, pero destacamos a continuación los tres párrafos que más polémica han despertado:
- Adulterio: "Es el engaño, porque no es su mujer, no es su marido. Es una injusticia, porque ha prometido fidelidad, y ha dado su persona a su mujer o a su marido. Destruye el matrimonio y destruye a su propia persona, y si se tienen hijos es un sufrimiento enorme para los hijos que se destruya un matrimonio".
- Aborto: "Cuando [una mujer] va a abortar a una clínica sale destruida, porque ha destruido una vida inocente y se ha destruido a sí misma. Años y años, mujeres que han ido a abortar llevan el sufrimiento en su corazón".
- Relaciones homosexuales: "No se pueden corromper las personas. Ni siquiera con mensajes falsos. Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevadas por tantas ideologías que acaban por no orientar bien sobre la lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno. ¿Vosotros pensáis que Dios es indiferente ante el sufrimiento de todos estos niños?".
Son sólo los ejemplos que se han destacado (entre otros, como los citados), allí donde monseñor Reig Pla estaba transmitiendo una idea absolutamente propia del Viernes Santo, en el que se contemplan los sufrimientos de Jesucristo para alcanzarnos la Redención: "El pecado es engañoso, nos destruye a nosotros y es una injusticia respecto de Dios y respecto de nuestros hermanos... Somos ingratos, no se merece el Señor, con todo el bien que nos ha hecho a nosotros, que le paguemos con esta injusticia".
Un mensaje que terminaba en positivo, destacando el poder compensatorio de la Cruz frente a la injusticia, y del amor de Dios para sanar de raíz la destrucción que todo pecado lleva en sí.
Pinche aquí para escuchar completa la homilía de monseñor Reig Plà, que comienza a partir del minuto 30.
La celebración, que tuvo lugar en la catedral de los Santos Niños Justo y Pastor, fue retransmitida por La 2 de TVE como parte de la programación de Semana Santa.
El prelado explicaba, ante la Cruz de Cristo, precio de nuestra salvación, cómo "el mal se nos presenta bajo la apariencia del bien" para tentarnos y nos lleva al pecado, que es "un engaño" y "una injusticia" y además "nos destruye".
Puso diversos ejemplos, como el adulterio, el aborto, las relaciones homosexuales, los empresarios que se aprovechan de los trabajadores, los trabajadores que sabotean a los empresarios, los jóvenes destruidos por el alcohol y las drogas y también los sacerdotes de "doble vida, corrompiendo las realidades sagradas que han recibido".
"El pecado es verdaderamente una ingratitud ante el amor más hermoso. Es una verdadera injusticia. Hemos pegado al bien que Dios nos ha hecho llevándole a la cruz": éste es el auténtico sentido de la predicación de monseñor Reig Pla, que se limitó a concretar esa ingratitud en casos muy tangibles hoy día en nuestra sociedad.
"El pecado", además -era otra idea central de su intervención- "lleva como paga la destrucción de la persona", y los ejemplos puestos se expusieron precisamente en su faceta destructiva, ante la cual el amor de Dios no es indiferente y con su gracia "todo cambio es posible".
Abajo puede escucharse la homilía completa, pero destacamos a continuación los tres párrafos que más polémica han despertado:
- Adulterio: "Es el engaño, porque no es su mujer, no es su marido. Es una injusticia, porque ha prometido fidelidad, y ha dado su persona a su mujer o a su marido. Destruye el matrimonio y destruye a su propia persona, y si se tienen hijos es un sufrimiento enorme para los hijos que se destruya un matrimonio".
- Aborto: "Cuando [una mujer] va a abortar a una clínica sale destruida, porque ha destruido una vida inocente y se ha destruido a sí misma. Años y años, mujeres que han ido a abortar llevan el sufrimiento en su corazón".
- Relaciones homosexuales: "No se pueden corromper las personas. Ni siquiera con mensajes falsos. Quisiera decir una palabra a aquellas personas que hoy, llevadas por tantas ideologías que acaban por no orientar bien sobre la lo que es la sexualidad humana, piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo mismo sexo, y a veces para comprobarlo se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno. ¿Vosotros pensáis que Dios es indiferente ante el sufrimiento de todos estos niños?".
Son sólo los ejemplos que se han destacado (entre otros, como los citados), allí donde monseñor Reig Pla estaba transmitiendo una idea absolutamente propia del Viernes Santo, en el que se contemplan los sufrimientos de Jesucristo para alcanzarnos la Redención: "El pecado es engañoso, nos destruye a nosotros y es una injusticia respecto de Dios y respecto de nuestros hermanos... Somos ingratos, no se merece el Señor, con todo el bien que nos ha hecho a nosotros, que le paguemos con esta injusticia".
Un mensaje que terminaba en positivo, destacando el poder compensatorio de la Cruz frente a la injusticia, y del amor de Dios para sanar de raíz la destrucción que todo pecado lleva en sí.
Pinche aquí para escuchar completa la homilía de monseñor Reig Plà, que comienza a partir del minuto 30.