En la Misa que presidió esta mañana antes del encuentro del Papa Benedicto XVI con los obispos de Irlanda para tratar el tema de las inconductas sexuales de algunos miembros del clero, el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, señaló que las actuales pruebas que afronta la Iglesia en este país, "pueden ser motivo de purificación y santificación".
En la Eucaristía el Cardenal dijo que "las tempestades producen miedo. Incluso las que mueven la barca de la Iglesia por culpa del pecado de sus miembros. Pero de ellas puede venir la gracia de la conversión y una fe más grande".
Seguidamente indicó a los obispos que han "venido todos juntos, el Episcopado completo de Irlanda, para escuchar al Sucesor de Pedro y presentarle" sus "iniciativas acerca de la dificilísima crisis actual en la Iglesia en el país".
El Purpurado pidió luego "humildad y confianza" a los católicos de Irlanda y destacó que "la prueba por una parte humilla pero por otra produce la paciencia y una profundización de la fe",
En la Iglesia, dijo luego el Secretario de Estado, "las pruebas pueden venir de afuera o de adentro. Ambas son dolorosas, pero las que provienen de adentro son más duras y humillantes" como "la grave prueba que están atravesando en estos momentos las comunidades irlandesas" que "ven a algunos hombres de Iglesia involucrados en actos particularmente execrables".
Estas pruebas, continuó, pueden "convertirse en motivo de purificación y santificación si se acoge con confianza plena la promesa que el Señor renueva también para nosotros hoy".
El Paráclito, dijo el Cardenal, "ha venido a defendernos del acusador, del maligno que Él ya ha vencido". Así como la "lucha contra el mal no ha terminado" y "seguirá hasta el final de los tiempos", así también "el Padre nos ha mandado, en nombre de Jesús, al Espíritu Santo" porque es "la obra de la caridad de Dios, de su infinita misericordia, que puede colmar el abismo más profundo".
Esto tiene una condición, explicó el Purpurado: "que el pecador reconozca la propia culpa en la plena verdad. Caritas in veritate". Citando luego esta encíclica del Papa, el Cardenal Bertone añadió que "esto es el principio fundamental de la vida cristiana".
La historia enseña que "también el cristiano está expuesto a la acción del maligno y puede caer en el pecado". Especialmente cuando esto insinúa otra tentación: "la que tiende a hacer perder la confianza en Dios, llevando al desaliento y la desesperanza".
Refiriéndose luego a la imagen de la tempestad del Evangelio de Marcos que se retoma en la Carta de Santiago, el Secretario de Estado dijo que el Apóstol habla "de las olas del mar turbulentas y agitadas por el viento" para compararlas con "quien duda de su fe".
Para el Cardenal "esta es la tempestad más peligrosa" porque "toca el corazón de los creyentes, golpeando su fe y amenazando su capacidad de confiarse a Dios".
L’Osservatore Romano informa que en esta Eucaristía y en el encuentro participan también los cardenales Giovanni Battista Re, Prefecto de la Congregación para los Obispos; William Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; Claudio Hummes, Prefecto de la Congregación para el Clero, Franc Rodé, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica; y Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
También están presentes los arzobispos Franceso Coccopalmerio, Presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos; Fernando Filoni, Sustituto de la Secretaría de Estado, Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estado; y Giuseppe Leanza, Nuncio Apostólico en Irlanda.
La delegación irlandesa está compuesta por 24 obispos, entre los que se encuentran el Cardenal Sean Brady, Arzobispo de Armagh, y el Arzobispo de Dublin, Mons. Diarmuid Martin.