RATISBONA, domingo 7 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- La diócesis de Ratisbona examinará “con la máxima transparencia” las acusaciones de abusos sexuales que se hayan verificado en el coro de los Regensburger Domspatzen. Así lo ha afirmado el portavoz de la propia diócesis, Clemens Neck, que ha anunciado también la constitución de una comisión de investigación ad hoc, según publica L’Osservatore Romano.
En una carta publicada sobre su sitio de internet y destinada a los padres de las víctimas, ha sido el propio obispo de Ratisbona, monseñor Gerhard Ludwig Müller, quien ha hecho pública la noticia de un caso de abuso que se remonta a los años 50, verificado en el internado donde se alojaban los coristas.
Culpable entonces fue el director del internado, seguidamente condenado y después fallecido. En esa ocasión, el prelado había invitado a declarar a todos aquellos que podían tener conocimiento de hechos de cara a descubrir víctimas y culpables de otros episodios de abusos.
Por el momento quien ha denunciado al Coro ha sido una persona que permanece en el anonimato. Habría también un ex alumno de la escuela elemental de Etterzhausen (que ahora se encuentra en Pielenhofen), una institución independiente de los Domspatzen, que denunció haber sido abusado a principios de los años 60. Y a ese periodo se remontarían también los abusos sufridos por otra víctima, que denunció al director del seminario de Weiden y a algunos empleados.
El director del coro de Ratisbona, en una carta publicada en el sitio web de la diócesis de Ratisbona, se ha mostrado “consternado por el hecho de que semejantes hechos vergonzosos hayan tenido lugar en instituciones eclesiásticas”, incluida la célebre institución del Regensburger Domsplatzen, con mil años de historia a sus espaldas.
A día de hoy, con todo – continua la carta – “no disponemos de ulteriores elementos concretos sobre casos sospechosos de abusos dentro del Coro de Ratisbona”.
En un comunicado, el obispo de Ratisbona ha querido precisar que los dos casos de abusos, que tuvieron lugar en 1958, públicamente conocidos ya en aquella época y que deben considerarse jurídicamente cerrados, no coinciden con el periodo que va desde 1964 a 1994 cuando el hermano del Papa, el maestro monseñor George Ratzinger, que sustituyó en este cargo al obispo Theobald Schrems, fue Director del coro de voces blancas y del coro de voces masculinas.
La diócesis de Ratisbona hace saber, además, que ha puesto a disposición un abogado con el fin de aclarar cuanto sucedió en el pasado, identificar a las potenciales víctimas y culpables, y sugerir las medidas a adoptar a la luz del derecho penal y canónico. Este abogado presentará en 14 días un informe provisional.
Desde 2008 hay también activo un equipo ad hoc coordinado por la psicóloga Birgit Boehm, responsable diocesana para casos de abusos sexuales, y compuesto por cinco miembros (un psicólogo, un ex juez, un jurista canónico y dos empleados del Ordinariato).
“La Santa Sede – afirma L’Osservatore Romano – apoya a la diócesis en su disponibilidad a analizar la dolorosa cuestión con decisión y de forma abierta, en el sentido de las directivas de la Conferencia Episcopal Alemana”.
“El objetivo principal de la aclaración por parte de la Iglesia es el de hacer justicia a las eventuales víctimas – prosigue el diario vaticano –. Esta, además, agradece este compromiso de claridad debtro de la Iglesia y augura que una claridad similar se haga también dentro de las instituciones, públicas y privadas, si verdaderamente importa a todos el bien de la infancia”.
El escándalo de los abusos sexuales cometidos por el clero estalló a finales de enero, a raíz de las revelaciones que el semanario Spiegel publicó sobre los abusos cometidos en los años 70 y 80 en el prestigioso Canisius-Kolleg de Berlín, donde dos sacerdotes habrían perpetrado violencias sistemáticas sobre diversos estudiantes.
Una investigación realizada por el semanario Der Spiegel había revelado entonces que los sacerdotes sospechosos de haber cometido abusos sobre menores desde 1995 hasta hoy son al meno 94. Actualmente, las denuncias ligadas a los hechos cometidos en el Canisius-Kolleg serían más de 150.
En su asamblea plenaria celebrada en Friburgo del 22 al 25 de febrero, los obispos alemanes se han comprometido a colaborar con la justicia con la máxima transparencia y seriedad para poner luz sobre los delitos cometidos por los sacerdotes, instituyendo un departamento nacional para las denuncias de los abusos sexuales, guiado por monseñor Stephan Ackermann, obispo de Tréveris.
Entre otras medidas propuestas, está la de reforzar los exámenes para la selección de los seminaristas, activar un número verde para denunciar los abusos sexuales de los sacerdotes y crear un fondo nacional para las indemnizaciones destinadas a las víctimas.
Mientras tanto, como cada año en primavera, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Robert Zollitsch, se dirigirá el 12 de marzo al Vaticano para presentar al Papa los temas surgidos durante la plenaria de los obispos alemanes. En el centro de los argumentos en agenda estará el tema de los abusos sexuales.