Si algo no va con él, es regalar los oídos ajenos con palabras complacientes. Ahí no hace distingos de amigos ni enemigos. Tiene una responsabilidad como escritor, y la ejerce. El título de su último libro es expresivo: «Nadando contra corriente».
Y cuando abrimos las páginas de «Nadando contra corriente» (Buenas Letras), encontramos en el prólogo su confesión de que ese talante no tiene sólo una razón doctrinaria, también temperamental.
-¿Cuándo y por qué nace su vocación polemista?
-Hay una componente biológica, por cierta propensión al retraimiento. Soy una persona un tanto huraña en mis hábitos y eso te hace adoptar una postura de rechazo al mundo, a lo que está de moda, a lo que se lleva, a lo gregario. Tengo desde niño un componente cascarrabias. Ler mais