MADRID, 22 Nov. 10 / 02:07 pm (ACI)
El Subsecretario del Pontificio Consejo para la Familia, P. Carlos Simón, explicó que "no hay ninguna novedad" en la postura del Papa Benedicto XVI sobre los preservativos en un nuevo libro-entrevista que será presentado este martes 23 de noviembre en el Vaticano.
En el libro "Luz del Mundo" de Peter Seewald, el Papa plantea como excepción para el uso del preservativo el caso de los varones que se prostituyen, como figura en el texto original en alemán y la traducción al inglés, que difiere de lo publicado por L’Osservatore Romano que italiano usa el término prostituta. La confusión se agravó cuando diversos medios de comunicación difundieron este fragmento del libro fuera de contexto y lo presentaron como un cambio en las enseñanzas de la Iglesia en materia de sexualidad.
En una entrevista con el diario español La Razón, el P. Simón, médico y sacerdote, recordó que el Santo Padre ya explicó en su viaje a África en 2009 la postura de la Iglesia sobre lucha contra el SIDA: la estrategia se fundamenta en la promoción de la abstinencia y la fidelidad; y preciso en las declaraciones del Papa a Sewald "no hay ninguna novedad".
"Desde el punto de vista de mi dicasterio no hay cambios: todo acto que no esté dentro del matrimonio es ya un desorden objetivo. Lo que hay que procurar es que éste sea lo menos malo posible", insistió.
"El Papa ya dijo en aquel viaje (a África) que en la lucha contra el SIDA la estrategia de la Iglesia era la abstinencia, la fidelidad y el condón. Las dos primeras son formas de luchar contra el SIDA, como señala el Papa, en el contexto de la educación y la no trivialización de la sexualidad. Como última vía escapatoria está el preservativo, en casos donde las otras dos opciones no se han podido desarrollar", explicó.
Asimismo, consideró que "se debe distinguir cuando el Pontífice dice algo de modo coloquial a cuando lo hace de manera pedagógica o en una expresión de toda su autoridad, como en una encíclica. No hay contradicción en este asunto".
"Lo que materialmente ha dicho el Papa en este libro es que en los casos en que ni la abstinencia ni la fidelidad se han podido seguir, que es por la vía que apuesta la Iglesia, existe esta última opción. Una persona puede hacer uso del preservativo de forma responsable para no contagiar ni producir un mal que dañe a la vida", como en el caso de las relaciones sexuales con un prostituto homosexual que son de suyo intrínsicamente perversas y en las que el uso del preservativo no agrava el hecho en sí.
El P. Simón subrayó que las declaraciones del Papa "entran dentro de la tradición de la teología moral de la Iglesia. Para ésta el acto sexual se entiende dentro del contexto de una relación conyugal. Ahí es donde se aplica la moralidad. Todo acto fuera del matrimonio la Iglesia lo rechaza como algo desordenadamente grave. Entramos, en un campo de la salud, se trata de un terreno donde hay un posible contagio".
El sacerdote aclaró que el pecado es tener relaciones sexuales fuera del matrimonio y "el preservativo entonces es un mal menor que evita un posible contagio. En caso de que no haya este peligro es una desfiguración de una relación ya alterada porque no olvidemos que se trata de un anticonceptivo".
Para la Iglesia, explicó, "los actos sexuales deben tener lugar entre dos cónyuges y, por tanto, cuando se realizan fuera del matrimonio tienen un desorden intrínseco. El Papa lo que dice es que en algunos casos en los que hay un riesgo seguro de contagio entonces está justificado el preservativo. Veo la novedad en el aspecto terminológico, no en la idea ni en el contexto. El Papa no ha revolucionado ninguna enseñanza de la Iglesia. Señala que no se debe banalizar la sexualidad. En el caso de que ya se haya producido un desorden, que para la Iglesia es algo grave, hay que procurar que no haya un mal aún más intenso".
Luego de comentar que la Iglesia no va a promover el uso del preservativo en la lucha contra el SIDA cuando la abstinencia y la fidelidad fallan, el P. Simón recordó que "la Iglesia sigue lo que el Papa dice cuando afirma que hay que integrar la sexualidad en la esfera del amor y de la entrega. Benedicto XVI es un gran pensador y está preocupado por conseguir que haya una armonía en el hombre. La Iglesia debe insistir en esta vía, que es la más difícil pero hace del hombre un ser auténtico, no banal".
"La Iglesia seguirá resistiendo a las presiones de quien pida que distribuya preservativos. Hay además datos científicos que señalan que la receta de la abstinencia, la fidelidad y, sólo en tercer lugar, el profiláctico, han conseguido objetivos muy positivos en la lucha contra el SIDA", añadió.