BUENOS AIRES, 25 May. 12 / 02:18 am (ACI/EWTN Noticias).-
"Para mi madre fue su máximo orgullo haber defendido la vida",
afirmó el P. Alfar Antonio Vélez, párroco en la provincia de Chubut
(Argentina), que decidió contar su testimonio como hijo producto de una
violación en rechazo al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que declaró no punible el aborto para estos casos.
"Mi madre era una mujer de mucha fe, muy practicante y muy santa.
Ella decía que, pese a las tan terribles circunstancias, llevaba en su
seno el milagro de una nueva vida, una vida que Dios le había dado y
que, por sus convicciones, no podía abortar. Y que si Dios se la había
dado debía encontrarle el sentido (…). De hecho, los tres años que vivió
conmigo a raíz de una larga enfermedad hasta su muerte, en 2009, fueron
para ella los años más bellos de su vida", dijo al sitio web
Valoresreligiosos.com.ar.
El sacerdote, cuya labor pastoral es bastante apreciada por los
fieles, relató que su madre fue violada a los 27 años de edad en
Medellín (Colombia), por varios compañeros de trabajo que le tendieron
una trampa durante una fiesta, la drogaron y abusaron de ella
repetidamente.
En medio del dolor y sin saber quién era el padre, la mujer fue presionada por la familia para que se casara con un viudo que luego del matrimonio
la maltrató en varias ocasiones. Al no poder separarse, la mamá se
quedó con su esposo y un segundo hijo, mientras Alfar era enviado a casa
de su abuela.
"Un día, como mi abuela me pedía que le diga papá a mi abuelo, le
pregunté cómo podía ser él mi abuelo y mi papá a la vez. Ello provocó
una reunión con mi madre, que me contó lo que le había pasado. Que mucha
gente quería que me abortara, otras que me vendiera y otras que me
regalara. Y que, incluso, había mucha gente interesada en mí. Para mí
fue muy duro. Tenía apenas 10 años. Reaccioné con mucha severidad contra
mi madre".
"Con el paso del tiempo y de una vida muy triste, fui a la iglesia
a reclamarle a Dios, a preguntarle por qué a mí. Como yo le hablaba a
los gritos, vino un sacerdote y me dijo que estaba formulando mal la
pregunta: ‘No es por qué, sino para qué’, señaló. Que creía que Dios,
precisamente a raíz de mi situación, me estaba llamando para cosas
grandes. En fin, me dijo que Dios escribe derecho sobre renglones
torcidos y que iba a ser un instrumento de Él. Y me leyó el pasaje de
Jeremías, donde Dios lo llama, pero este se resiste y el Señor le dice:
‘No te preocupes, yo haré todo por ti’. Aquella charla me marcó. Ese
sacerdote terminó siendo como un padre", afirmó.
Dijo que poco a poco comenzó a valorar la vida. "Llegué a ser
catequista sin darme cuenta de que Dios me estaba preparando para elegir
el sacerdocio"
y que Dios no quiso que su madre abortara "porque confiaba en mí y
anhelaba que, aunque fuese fruto de un pecado muy grave, sea su
instrumento para llegar a tantas partes con su luz, su gracia y su
amor".
Por ello, el ahora sacerdote afirmó que si tuviera que conversar con
una mujer que fue violada, "le diría que Dios es el dueño de la vida y
que a ella la hizo instrumento de vida. Que la culpa la tiene el
violador, no el niño que lleva en su seno. Creo que la decisión de
abortar se acabará cuando pensemos que toda vida es un regalo de Dios,
más allá de cómo fue concebida, del dolor, o de la alegría. El sabe por
qué y con el tiempo uno va descubriendo el para qué".
Finalmente dirigió un mensaje a los que creen que se debe permitir
los abortos en caso de violación. Recordó que el ser humano es imagen y
semejanza de Dios y por tanto "no tenemos derecho a quitarle la vida a
ningún inocente porque no tiene la culpa de cómo vino al mundo. La culpa
las tenemos aquellos que, de pronto, nos equivocamos y no hacemos la
voluntad de Dios".
"Para mi madre fue su máximo orgullo haber defendido la vida. Y su
máxima satisfacción y alegría fue haber visto en mí a un hombre de bien
para la sociedad. Ella pensaba acerca de cuántos hombres y mujeres de
bien se privó la sociedad por el aborto", expresó.
La entrevista completa está en http://www.valoresreligiosos.com.ar/ver_nota.asp?Id=29832