Pablo VI (Juan Battista Montini), el Papa que
condujo tres de las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II y que guió a
la Iglesia en el difícil periodo post-conciliar, podría ser procalmado
beato en 2013. En las últimas semanas, el congreso de teólogos de la
Congregación para las Causas de los Santos, después de haber examinado
la “Positio” con los documentos del proceso canónico, expresó su voto
favorable sin plantear ninguna objeción. El próximo 11 de diciembre se
expresarán al respecto los cardenales y los obispos que forman parte de
esta Congregación. Superada la prueba de los teólogos, el visto bueno de
los cardenales se considera altamente probable.
Así pues, durante el próximo consistorio para
los decretos sobre las beatificaciones y las canonizaciones (que se
prevé antes de Navidad), Benedicto XVI podría promulgar el decreto que
reconoce las «virtudes heroicas» del Papa Montini para marcar el final
del proceso. En vista de la ceremonia de beatificación, solo haría falta
el reconocimiento de un milagro por intercesión del candidato a los
altares. En el caso de Pablo VI, el postulador de la causa, el padre
Antonio Marrazzo, ya seleccionó, entre las indicaciones de gracias
recibidas, un caso de curación que resultó ser, según los primeros
exámenes, «inexplicable». El presunto milagro tiene que ver con la
curación de un feto que se llevó a cabo hace 16 años en California.
Durante el embarazo,los médicos habían
encontrado graves problemas en el feto y, por las consecuencias a nivel
cerebral que se dan en estos casos, los médicos habían sugerido que la
única posible solución era el aborto. La mujer no escuchó el consejo de
los médicos y se encomendó a la intercesión de Pablo VI, el Papa que en
1968 escribió la encíclica “Humanae vitae”. El niño nació sin ningún
problema, pero, para constatar que no hubiera ninguna consecuencia, los
médicos esperaron a que cumpliera los 15 años. Aunque formalmente el
“processo super miro”, la investigación vaticana sobre el
milagro, comenzará después de la proclamación de las virtudes heroicas,
la documentación recopilada es tal que los tiempos podrían resultar muy
breves.
Benedicto XVI ha seguido de cerca el desarrollo
de la causa del predecesor que le nombró arzobispo de Mónaco de Baviera y
cardenal. Después de haber proclamado beato a Juan Pablo II, el primero
de mayo de 2011 (el Papa con el que Ratzinger colaboró durante un
cuarto de siglo), ahora Benedicto XVI espera poder hacer lo mismo con
Montini. Un Pontífice que, después de haber hecho llegar a buen puerto
el Concilio, con el “milagro” de la aprobación prácticamente unánime de
sus documentos, habría sido el testigo de la época contestataria
post-conciliar, durante la que nunca dejó de subrayar con discursos y
encíclicas el Credo de la Iglesia y durante la que defendió con vigor la
vía que había indicado el Concilio Vaticano II.
Además de la de Pablo VI, también está siguiendo
su curso la causa de beatificación de Juan Pablo I (el “Papa de la
sonrisa” que goza de una enorme fama de santidad en todo el mundo),
mientras que, como se recordará, la causa de Pío XII concluyó en
diciembre de 2009, con la promulgación del decreto sobre las “virtudes
heroicas”, pero no ha sido identificado ningún milagro para someterlo al
análisis de la Congregación para las Causas de los Santos, que dirige
el cardenal Angelo Amato.