ROMA, 4 de diciembre 2010 – La discusión sobre la licitud o no del uso del preservativo, no con fines anticonceptivos sino para proteger la vida de otros, registra nuevos desarrollos.
Los primeros impactos de la discusión – suscitada por algunas afirmaciones del papa Benedicto XVI en el libro "Luz del mundo" – son los resumidos por www.chiesa en este servicio anterior:
Fuego amigo sobre Benedicto XVI, por culpa de un preservativo
Pero entre tanto han ingresado otras voces al campo, entre ellas la de una Conferencia episcopal, la de Kenia, la primera en pronunciarse sobre el tema.
En una nota fechada el 29 de noviembre, suscripta por el cardenal John Njue, arzobispo de Nairobi, y por otros 24 obispos, la Conferencia episcopal de este país africano tomó posición en términos restrictivos, afirmando que "la posición de la Iglesia Católica sobre el uso del preservativo, tanto como medio de anticoncepción o como medio para afrontar el grave problema del VIH/SIDA, no ha cambiado, y sigue siendo inaceptable como siempre".
Sostener lo contrario, prosigue la nota, "sería una ofensa a la inteligencia del Papa y una manipulación gratuita de sus palabras".
Al citar este documento, el jesuita Joseph Fessio, editor de "Luz del mundo" en Estados Unidos y además miembro del Schülerkreis, el círculo de discípulos que tuvieron a Ratzinger como profesor de teología, nos ha escrito:
"Veo que mi interpretación de las palabras del Papa es compartida al menos por alguien de la jerarquía, y por los que están más directamente involucrados".
En efecto, desde el comienzo de la polémica el padre Fessio ha sido uno de los más decididos difusores de la ilicitud del uso del preservativo, en general y en particular.
A juicio suyo, éste es también el pensamiento del Papa en la materia, el que habría sido opacado a causa de las distintas interpretaciones equivocadas de sus palabras.
Pero otros exponentes católicos intransigentes se han apurado en atribuir al mismo Papa una parte de responsabilidad en la "confusión".
En consecuencia, al registrar sus posturas, www.chiesa ha titulado el servicio "Fuego amigo sobre Benedicto XVI", subrayando que las críticas provenían precisamente de algunos fervientes "ratzingerianos".
Pero este título no les ha gustado a los principales personajes citados. Tres de ellos nos han escrito para aclarar su pensamiento y sobre todo para confirmar que sus críticas no pretenden de ninguna manera culpar al Papa.
El Papa, dicen ellos, no ha sido bien entendido. El error no es suyo, sino de quien lo ha malentendido y "traicionado".
A continuación se reproducen íntegramente las cartas que nos han llegado del padre Joseph Fessio, de Christine de Marcellus Vollmer, miembro de la Pontificia Academia para la Vida, y de Steven Long, profesor de teología en la Universidad Ave María.
Precede a las tres cartas la nota de los obispos de Kenia, también reproducida íntegramente.
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NOTA ACERCA DE LAS DECLARACIONES SOBRE EL PRESERVATIVO ATRIBUIDAS AL SANTO
Conferencia Episcopal de Kenya
Hemos sido testigos de recientes informes sobre los comentarios atribuidos al Santo Padre, difundidos por los medios de comunicación locales e internacionales, que han deformado las definiciones del papa Benedicto XVI en materia de moralidad sexual y la lucha contra el VIH y el SIDA.
Ante todo, queremos purificar el aire y clarificar a los católicos y a todos respecto a la posición de la Iglesia sobre el uso del preservativo, para dar paz a las almas y para ofrecer una orientación justa.
1. Confirmamos y reafirmamos que la posición de la Iglesia Católica sobre el uso del preservativo, tanto como medio anticonceptivo y como medio para afrontar el grave problema del VHI/SIDA no ha cambiado, y sigue siendo inaceptable como siempre lo ha sido.
2. Los informes de los medios de comunicación han citado incorrectamente al Papa, fuera de contexto, y han banalizado las delicadísimas cuestiones médicas, morales y pastorales del VHI/SIDA y del acompañamiento de los que están infectados o enfermos, reduciendo las discusiones sobre los problemas de moral sexual a un mero comentario sobre los preservativos.
3. El libro en cuestión, "Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald", es el resultado de una entrevista. No ha sido escrito por el Papa aunque exprese sus ideas, sus ansias y sus sufrimientos durante todos estos años, sus proyectos pastorales y sus esperanzas para el futuro.
4. Reducir "toda la entrevista a una frase sacada de contexto y del conjunto del pensamiento del papa Benedicto XVI sería una ofensa a la inteligencia del Papa y una manipulación gratuita de sus palabras".
5. El Papa no ha hablado específicamente de la moralidad del uso del preservativo, sino más en general "de las grandes cuestiones que desafían a la teología moderna, de los diversos acontecimientos políticos que han marcado siempre las relaciones entre los Estados y, por último, de los temas que muchas veces ocupan una gran parte del debate público".
6. Es importante explicar que la moralidad de las acciones humanas depende siempre de las intenciones de las personas. Es el modo con el que usamos las cosas lo que hace buena o mala a una acción. El uso de los preservativos es inaceptable, porque es con frecuencia una manifestación externa de la mala intención y una visión distorsionada de la sexualidad.
7. La Iglesia y el Santo Padre reafirman que "naturalmente la Iglesia no considera a los preservativos como la 'auténtica solución moral' del problema del SIDA". Es más bien un verdadero cambio del corazón, o conversión, lo que dará a la sexualidad su valor humano y también sobrenatural. Necesitamos apreciar mejor el don de la sexualidad, que nos humaniza y, cuando es apreciado justamente, permanece abierto al plan de Dios.
8. El cuadro reproducido por los medios de comunicación, que citan una entrevista hecha al Papa por un periodista alemán, incluye el juicio del Papa sobre el recorrido moral subjetivo de sujetos que ya están implicados en actos gravemente inmorales en sí mismos, en particular en actos de homosexualidad o de prostitución masculina, afortunadamente totalmente extraños a nuestra sociedad keniata. Él no habla de la moralidad del uso de los preservativos, sino de algo que puede ser cierto para el estado psicológico de los que hacen uso de ellos. Si estos individuos hacen uso del preservativo para evitar infectar a los demás, al final pueden darse cuenta que los actos sexuales entre miembros del mismo sexo son intrínsecamente nocivos, porque no son acordes a la naturaleza humana. Esto no perdona de ninguna manera el uso del preservativo en cuanto tal.
9. El Santo Padre fija un punto importante, que también quienes se encuentran profundamente inmersos en una vida inmoral pueden caminar gradualmente hacia una conversión y una aceptación de las leyes de Dios. Este camino puede tener escalones que en sí mismos pueden no incluir todavía una sumisión plena a la ley de Dios, sino que más bien llevan a aceptarla. En todo caso, tales actos siguen siendo todavía pecaminosos.
10. La Iglesia se concentra siempre en alejar a las personas de los actos inmorales para acercarlos al amor de Jesús, a la virtud y la santidad. Podemos decir que claramente el Santo Padre no ha querido focalizarse en los preservativos, sino que quiere hablar del crecimiento en sentido moral, el cual debe ser un crecimiento orientado hacia Jesús. Esto vale también para aquéllos que viven estilos de vida decididamente inmorales. Nosotros debemos esforzarnos cada vez más en comprender la moralidad de las acciones humanas, y en juzgar ante todo la acción de las personas, no el objeto usado para una acción inmoral.
11. La Iglesia impulsa a la conversión a los que están involucrados en la prostitución y en otros actos o estilos de vida gravemente inmorales. A pesar de comprender las muy desafortunadas razones que muchas veces conducen a estos estilos de vida, ella no los absuelve y los considera moralmente malos.
12. La Iglesia está profundamente preocupada por la vida, por la salud y por las condiciones generales de aquéllos que se encuentran en esta difícil y dolorosa situación de infección con HIV/SIDA. En realidad, la suma de los esfuerzos y de los recursos empeñados por la Iglesia Católica, tanto en sociedad con otros como por sí sola, estará siempre destinada a buscar soluciones humanas y liberadoras de esta pandemia.
13. El problema es realmente más grande que el debate excluyente sobre el preservativo. Es sobre todo una curación interior, que dé esperanza a las personas y las ayude a redescubrir la simplicidad y el radicalismo del Evangelio y del cristianismo para ayudar a volver a dar esperanza a quien está infectado y a quien está enfermo.
La Iglesia reafirma nuevamente su compromiso de continuar animando a todo el pueblo a luchar para vivir vidas moralmente buenas, lo cual conlleva siempre grandes sacrificios, por el "reino de Dios". La Iglesia confirma de nuevo su solidaridad con todos los que sufren HIV/SIDA. Hay muchos caminos para afrontar esta situación. Sobre todo, la Iglesia tiene confianza en el poder de la Gracia y en la fuerza que Dios da, para responder positivamente a los desafíos que presenta esta nueva situación, y junto a toda la familia de Dios camina con esperanza hacia nuestra patria celestial.
Expresamos nuestra solicitud y solidaridad con estos hermanos y hermanas nuestros y los bendecimos.
Nairobi, 29 de noviembre de 2010
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JOSEPH FESSIO: "NO CRITICO AL SANTO PADRE, LO DEFIENDO"
Estimado Sandro,
Usted sabe cuánto aprecio su pensamiento y sus escritos. No espero ningún tratamiento especial por esto. Pero me desagrada mucho que usted me haya puesto junto a los que critican al Santo Padre. Lo que sucede es lo contrario. Yo defiendo al Santo Padre, no sólo porque soy jesuita y esto es lo que se espera de nosotros, sino porque estoy convencido que el Santo Padre dice lo justo. Critico justamente a los que han malinterpretado o entendido mal lo que ha dicho Benedicto XVI, incluido usted.
Bajo el título de "Fuego amigo sobre Benedicto XVI", mi nombre es el primero citado en el resumen que está a comienzos del artículo. Sandro, quisiera que usted publique una rectificación.
Permítame explicar algo. No pienso que lo que el Papa ha escrito realmente, lo que él ha aprobado en la nota de Lombardi publicada el domingo, o también lo que él le ha dicho personalmente a Lombardi, sean de apoyo a las posiciones de Rhonheimer. Obviamente, ya hay un equívoco en el hecho que Rhonheimer y, a por lo que parece, usted, piensen que todo esto sustenta sus posiciones. Esto no significa que cuando yo critico vuestras posiciones estoy criticando al Papa. Usted hace referencia, en el resumen del título, a las "aperturas del Papa al uso del profiláctico", pero ésta es su – discutible – interpretación. El Papa ha definido claramente como inmoral el uso del preservativo. Decir que un acto malvado puede ser acompañado, en parte, por una buena intención, no significa una "apertura" al acto malvado. Pero lo que me importa decir aquí es que "no" critico lo que el Papa ha dicho, ni la autorizada nota de Lombardi; no critico las "aperturas del Papa al uso del profiláctico". Sin embargo, esto es lo que usted dice en el resumen del título, y ello es falso e injusto. Por eso le ruego que se rectifique.
Más adelante hay también otro error serio. Usted habla de dos inexactitudes en la traducción ("una prostituta" y "justificados"), luego dice que "pero se sabe que la primera y la segunda inexactitud de la versión del libro no han sido consideradas por el autor, es decir, por Benedicto XV, lesivas de su razonamiento". Esto no es cierto. Es sólo sobre la primera inexactitud que se ha pronunciado el Papa. El razonamiento del Papa sigue siendo el mismo también en relación a las prostitutas femeninas. De todos modos, "justificado" en su primer significado quiere decir aquí algo "moralmente" justificado. Pero el Papa ha dicho que tal comportamiento "no es una... solución moral".
Otro error se refiere a lo que he dicho antes. Usted justifica sus posiciones respecto a esos sacerdotes que "admiten pacíficamente el uso del preservativo" diciendo que es lo "mismo" que aparece en la nota del padre Lombardi publicada el domingo. Pero esto no es así. La nota de Lombardi se refiere a lo que ha escrito Benedicto XVI. Pero su observación remite a una "interpretación" – a mi juicio errónea – de lo que ha escrito el Papa. Pero el Papa nunca "ha admitido el uso del preservativo", tanto en lo que ha escrito él como en lo que ha escrito el padre Lombardi. El Papa sólo ha dicho que el uso inmoral (que jamás puede ser admitido o consentido) puede estar acompañado por una buena intención (aquí asumo "admitir" no en el sentido banal de reconocimiento de algo que se comprende, sino como aprobación).
Dejo de lado otros importantes puntos de discusión, en particular que "... la licitud del uso del preservativo, en casos como éste, es pacíficamente enseñado desde hace años...".
Sandro, usted es siempre mi vaticanista preferido. Pero también Homero dormita.
Con aprecio,
Padre Joseph Fessio, S.J.
1 de diciembre de 2010
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CHRISTINE VOLLMER: "EL ERROR NO ES DEL PAPA, SINO DE QUIEN LO HA TRAICIONADO"
Apreciado Sr. Magister,
Como una lectora que lo admira mucho, me dio pena ver que entre tantas correspondencias serias que he tenido sobre la confusión que ha suscitado la precipitada presentación del libro del Papa, usted me haya citado en un comentario muy casual, y no formal.
Sí, me parece que es una lástima que el tema de las aberraciones sexuales, (contra cuales, con otros pecados y crímenes, lucha la Iglesia y el Santo Padre como su jefe supremo, desde todos los siglos), hoy día tengan que dominar las noticias.
Nuestro Santo Padre tiene una riqueza inagotable de formas de expresar la Buena Nueva del Evangelio, y la expresa a diario. Es una pena que lo único que parece salir a la prensa en general es lo que tiene que ver con el sexo aberrante.
En esta ocasión, ha sido una traición a nuestro gran Papa, y así lo he dicho a quien me haya preguntado, la presentación prematura, sin preparación ni explicación, a la prensa internacional de aquellas pocas frases de "Lux mundi" sobre el condón. Que esos párrafos hayan sido además en una mala y traicionera traducción, refuerza esa traición.
El mundo Católico está en ascuas, tanto por la confusión creada como por la evidente deslealtad al Magisterio que ha demostrado esta forma indelicada y ambigua de manejar un tema tan minado de peligros para la interpretación correcta de las enseñanzas de "Veritatis splendor", "Casti connubii", "Humanae vitae" y otras.
En falta evidentemente no es el Papa, quien ha escrito con gran delicadeza y sutileza, sino los directores de "L'Osservatore Romano" y la Sala Stampa, quienes, como usted bien ha recordado, crearon la desinformación acerca de la licitud de abortar en el caso Recife el año pasado.
Si fuera posible rectificar la impresión que ha dado de mi posición, se lo agradecería,
Atentamente,
Christine de Marcellus Vollmer
Presidente Alianza para la Familia
Caracas, Venezuela
Miembro de la Pontificia Academia para la Vida
1 de diciembre de 2010
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STEVEN LONG: "LAS PALABRAS AUTÉNTICAS DEL PAPA VALEN MÁS QUE LAS DE UN PROFESOR"
Amable señor Magister,
sigo sus escritos con atención, lo aprecio y muchas veces me instruyo con ellos. Pero a la vez me mantengo crítico sobre la forma en que usted ha tratado la reciente cuestión respecto al uso del preservativo, me importa decir que he considerado mi intervención no como un ataque a los comentarios del Santo Padre, sino como una explicación y una defensa de sus palabras.
Es verdad que he expresado reservas respecto a la prudencia de su intento de comunicar una materia tan difícil a través de una entrevista periodística, como también respecto a la claridad de sus palabras para una platea mundial no totalmente equipada – así me ha parecido – como para recoger sus palabras. Pero por más impreciso que pueda ser en mis afirmaciones, lo que he pensado hacer es al menos defender las "ipsissima verba" de la enseñanza que el Santo Padre ha expresado en esa entrevista. Es por eso que me duele ser considerado alguien que ataca al Santo Padre, que no es lo que quiero hacer, tanto más en cuanto considero el comentario que he provisto como la entrega de una fiel defensa de su enseñanza, como expreso en la entrevista. Puedo entonces equivocarme en la comprensión, pero por lo menos he tenido la intención de explicar y defender las consideraciones del Papa.
Dado que usted es un periodista que está muy dispuesto a informar las cosas con exactitud, quiero comunicarle lo siguiente. Ciertamente, mi intención no era desalentar a la gente para que no leyera sus artículos, o hacerla desconfiada respecto a ellos, sino que es más que nada mi diferencia en el juicio moral respecto a la naturaleza del análisis del padre Rhonheimer lo que me ha impulsado a criticar su modo de tratar el caso de los cónyuges afectados por el SIDA y el uso del preservativo. Es un tema complejo, y el padre Rhonheimer lo ha analizado a fondo, al igual que lo han hecho sus críticos, entre los cuales pienso ser contado, si bien he ingresado en la discusión inicialmente con gran reticencia. Pero no creo que sea realmente correcto sostener que es enseñanza ordinaria de la Iglesia que los cónyuges afectados por el SIDA puedan usar el preservativo. No hay ninguna enseñanza del Magisterio sobre este punto, y la aprobación de un profesor en particular no nos autoriza a inferir esto, especialmente cuando es claro que lo que se busca es un cambio total de la comprensión de lo "directo" e "indirecto" que prevalece en la teología moral.
Ciertamente, ésta es una materia enorme y compleja, con su historia, y estoy seguro que usted hará lo mejor al tratar de delinear sus alcances y sus desarrollos en los artículos que elabora, que como siempre seguiré con gran interés.
Disculpándome por haberme agregado a lo que debe ser uno de los correos electrónicos con más intercambio epistolar en el mundo, le agradezco y le ofrezco mis mejores saludos y augurios.
Sinceramente suyo,
Prof. Steven Long
Department of Theology, Ave Maria University
Florida, U.S.A.
2 de diciembre de 2010
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Traducción en español de José Arturo Quarracino, Buenos Aires, Argentina.
sábado, 4 de dezembro de 2010
Iglesia y preservativo. El "no" de los intransigentes ratzingerianos
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