La enésima acusación contra  Benedicto XVI por el tema de los abusos contra menores por parte de  algunos miembros del clero ha llegado nuevamente ante la Corte Penal  Internacional de La Haya el 13 de septiembre de 2011.
En un  dossier de más de 70 hojas se pide sea procesado por «crímenes contra la  humanidad». La acusación se extiende a los cardenales Tarcisio  Bertone, Angelo Sodano y William Levada. ¿Quiénes son los acusantes y  qué hay en sus respectivos expedientes?.
El primero de ellos es la  «Survivors Network of those Abused by Priests» («SNAP», por sus siglas  en inglés); «Center for Constitutional Rights» («CCR», por sus  iniciales en inglés) es el segundo.
Un artículo publicado en diario  digital italiano L´Occidentale (cf. «Ci mancava solo il Papa come  Milosevic», 13.09.2011) evidenciaba los intereses lucrativos de  estos grupos y revelaba quiénes son realmente las asociaciones.
 En el primer caso recuerda que «es  una asociación cuyos métodos de procedimientos en sus actividades no  han convencido a la «BBB», la agencia de rating de la caridad  estadounidense (es decir, de entes «non profit») que ni siquiera la  considerado digna de ser definida «obra de caridad» (se puede conocer el  resultado completo de juicio de la «BBB» sobre la «SNAP» en el siguiente enlace).
A continuación el artículo de L´Occidentale refiere dos casos de víctimas que habían estado vinculadas a la «SNAP» y han preferido abandonarla. Se trata de Michael Baumann y Key Ebelingcuyos testimonios sobre la experiencia en la citada asociación es poco menos que alentadora.
Por último, queda  expuesto el hecho de que la «SNAP» se financia con dinero de los  abogados a los que remite víctimas o presuntas víctimas en cuanto  pueden ser clientes potenciales (se puede ver una lista en este enlace).
Pero aún hay más: uno de los mayores  colaboradores de la SNAP, el doctor Steve Taylor, fue arrestado en 2008  por poseer más de 100 videos con imágenes pedo-pornográficas (véase el  siguiente enlace).  Aun conociendo estos hechos, el fundador y actual presidente de la asociación,  Barbara Blaine, escribió cartas en defensa de Taylor, con peticiones «poco  éticas» (véanse aquí  en lengua inglesa).
Por cuanto toca a la segunda asociación, el  «Center for Constitutional Rights», UCCR  on line revela que se trata de una fundación impulsada por radicales  de izquierda y comunistas de los años 60´s: «En el pasado ha defendido  a los miembros de la Black Panther, la organización terrorista,  marxista-leninista-maoísta de los Estados Unidos. Dos de sus fundadores, Kinoy y  Kunstler, se declararon pro Fidel Castro, el dictador cubano ateo». La misma  fuente revela que la fundación se financia con dinero de George  Soros.
Como ya se había comentado al final de otro artículo (véase «Benedicto  XVI fue espiado por la «Stasi»: revelaciones ante su inminente viaje a  Alemania», 16.09.2011), según declaraciones de Cuno Tarfusser a «Radio 24»,  juez de la Corte, la denuncia tiene estrechas posibilidades de prosperar: «en la  figura de crimines contra la humanidad sobre los que tenemos jurisdicción y  competencia entran diversos tipo de conductas, entre las cuales los  delitos de tipo sexual. Pero para que pueda haber una incriminación no  basta haber cometido uno o más de estos, es necesario algo más, eso que nosotros  llamamos elemento contextual. Esos hechos deben ser cometidos como  derivaciones de un ataque a la sociedad civil, deben ser sistemáticos,  muy difundidos y, sobre todo, detrás de ellos debe haber una especie de  dirección, una política organizativa superior». 
 Llama la atención que en este caso la prensa haya apostado  inmediatamente por una defensa del Papa y las numerosas iniciativas por  él impulsadas para desterrar este mal en la Iglesia (se puede ver diversos  titulares de prensa en el siguiente enlace  en lengua italiana).
Llama la atención que en este caso la prensa haya apostado  inmediatamente por una defensa del Papa y las numerosas iniciativas por  él impulsadas para desterrar este mal en la Iglesia (se puede ver diversos  titulares de prensa en el siguiente enlace  en lengua italiana).
Sin dejar de recordar que un solo caso de abuso, dentro o fuera de la Iglesia, es ya demasiado, vistas con más pausa y profundidad las partes implicadas y las motivaciones publicitarias de fondo, no es que reluzca precisamente una confianza hacia ellas.
 
