sexta-feira, 5 de outubro de 2012

La Organización Mundial de la Salud publica un documento para promover el «aborto seguro» - Un paso más para su legalización

In RL

El documento titulado Safe abortion: technical and policy guidance for health systems (Aborto seguro: técnica y orientación de políticas para sistemas de salud) tiene un objetivo claro: enseñar a realizar los abortos de un modo más seguro y encontrar maneras de reducir el aborto no seguro alrededor del mundo.

Pero, para la OMS, en realidad el término «aborto seguro» quiere decir simplemente «aborto legal». Desde hace diez años la terminología utilizada por este tipo de asociaciones para hablar del aborto se ha refinado, todo en busca de lograr sus objetivos: ¿acaso no suena mejor hablar de que se lucha por eliminar los abortos peligrosos para la salud en vez de decir que se lucha por instaurar el aborto legal?

Promover la legalización del aborto en el mundo
El manual para realizar mejores abortos insta a gobiernos y organizaciones locales a promover activamente la legalización del aborto en todo el mundo, sin ningún tipo de excepción o restricción. En segundo lugar, la Organización Mundial de la Salud apoya que la mujer pueda tener a su disposición la posibilidad de elegir entre una amplia variedad de «métodos abortivos efectivos y seguros».

Por último, aboga para que todos los países puedan recibir todo tipo de equipamiento para realizar abortos por parte de agencias como la USAID (la Agencia Internacional para el Desarrollo de los EEUU).

Abortos cuasi-caseros
Pero no acaba aquí la accíón de la Organización Mundial de la Salud. En el manual realiza también un listado de medicinas prioritarias para salvar la vida de mujeres y niños (List of Priority Life-Saving Medicines for Women and Children) en el que incluyen dos medicamentos que, combinados durante la gestación, resultan abortivos: el misoprostol y la mifepristona, y asegura que son necesarios para proporcionar «servicios abortivos seguros».

¿Cómo funcionan estos medicamentos?
En muchos países se pueden obtener incluso sin receta en la farmacia. Esto significa que, incluso en lugares donde el aborto es ilegal, es sencillo comprar un medicamento que induzca el aborto.

En Sudamérica, por ejemplo, existen líneas telefónicas de asistencia pro-aborto en las que se recomienda a las mujeres que quieran abortar que combinen estos dos medicamentos, y después telefónicamente una voz grabada informa sobre cómo continuar: «Cuando hayas empezado a sangrar, ve a un hospital y comunica que estas teniendo un aborto espontáneo. Los médicos se verán obligados a practicarte un D&C (siglas en inglés de dilatación y legrado) para terminar con tu embarazo». De esta manera es como quiere luchar por el aborto seguro la Organización Mundial de la Salud.

Además de su evidente y explícito desprecio por la vida del no nacido, de este modo también pone en riesgo la vida y la salud de las mujeres. Muchos son los que se preguntan si la OMS, una organización que fue fundada para mejorar la salud, dedique ahora tanto tiempo y recursos económicos para promover el aborto. ¿No sería mejor promover la apertura de clínicas preparadas para proporcionar a las mujeres un cuidado prenatal de excelencia?