ATICANO, 29 Jul. 13 / 11:01 am (ACI).-
El
Papa Francisco sorprendió hace unas horas a las decenas de periodistas
que lo acompañaron en el vuelo de regreso a Roma, al improvisar una
rueda de prensa. Sus respuestas ya comenzaron a dar la vuelta al mundo y
las tergiversaciones también. Compartimos la transcripción que hizo el
diario español El Mundo.
Transcripción de las respuestas del Papa en el avión / Diario El Mundo:
Buenas tardes. Muchas gracias. Estoy contento. Ha sido un viaje hermoso.
Espiritualmente me ha hecho bien. Estoy bastante cansado, pero con el
corazón alegre. Me ha hecho bien. Encontrarte la gente te hace bien
porque el Señor trabaja en cada uno de nosotros. Trabaja en el corazón.
La riqueza del Señor es tanta que siempre podemos recibir tantas cosas
hermosas de los otros. Esto me hace bien a mí. Como primer balance.
Luego, la bondad y el corazón del pueblo brasileño es grande. Es un
pueblo amable, que ama la fiesta, que en el sufrimiento siempre
encuentra un camino para buscar el bien en alguna parte. Esto hace bien.
Un pueblo alegre. Un pueblo que ha sufrido tanto. Es contagiosa la
alegría de los brasileños. Tiene un gran corazón este pueblo.
Luego, los organizadores, tanto de nuestra parte como de los
brasileños... me he sentido que estaba delante de un ordenador. La
encarnación del ordenador [señala a Gasbarri]. De verdad, estaba todo
cronometrado. Luego hemos tenido problemas con la hipótesis de la
seguridad. La seguridad por allí y por aquí. No ha habido ni un
incidente en todo Río de Janeiro en estos días.
Todo era espontáneo. Con menos seguridad yo he podido ir con la gente,
abrazarles, saludarles, sin coches blindados. La seguridad de fiarse de
un pueblo. De verdad que siempre hay el peligro de que haya un loco, de
que haya un loco que haga algo. Pero también está el Señor. Hacer un
espacio blindado entre el obispo y el pueblo es una locura. Prefiero
esta locura, fuera, tener el riesgo de la otra locura, la locura fuera.
La cercanía nos hace bien a todos.
Luego la organización de la jornada, no esta precisa, todo, la parte
artística, la parte religiosa, la parte catequética, la parte litúrgica,
ha sido bellísima. También ellos tienen una capacidad de expresarse con
el arte. Ayer, por ejemplo, han hecho cosas bellísimas, bellísimas.
Luego, Aparecida.
Para mí ha sido una experiencia religiosa fuerte. Recuerdo la V
conferencia. Fui allí a rezar, a rezar. Quería ir allí solo, un poco
escondido, pero había una muchedumbre impresionante y no era posible.
Eso lo sabía antes de llegar. Hemos rezado. No sé.
Una cosa... El trabajo vuestro ha sido, me dicen, yo no he leído diarios
estos días ni he visto la televisión, no he tenido tiempo, pero me
dicen que ha sido un trabajo bueno, bueno, bueno. Gracias. Gracias por
la colaboración que vosotros habéis ofrecido.
Luego está el número de los jóvenes. Hoy no puedo creerlo, pero hoy el
gobernador hablaba de tres millones. No puedo creérmelo, pero desde el
altar, no sé si alguno de vosotros ha estado en el altar, desde el altar
hasta el final estaba toda la playa llena, hasta la curva. Más de 4
kilómetros. Tantos jóvenes. Dicen, me ha dicho monseñor Tempesta, que
eran de 178 países. También el vicepresidente me ha dicho este número.
Eso es seguro. Es importante.
- Santidad, buenas noches. En nombre de todos los compañeros le
queremos agradecer estos días que nos ha regalado en Río de Janeiro, el
trabajo que ha hecho y el esfuerzo que le ha supuesto. Y también, en
nombre de todos los periodistas españoles, les queremos agradecer las
plegarias y los rezos por las víctimas del accidente ferroviario de
Santiago de Compostela. Muchísimas gracias. La primera pregunta no tiene
mucho que ver con el viaje, pero aprovechamos la ocasión de que nos da
esta posibilidad y quería preguntarle: Santidad, en estos cuatro meses
de pontificado hemos visto que ha creado varias comisiones para reformar
la Curia vaticana. Quisiera preguntare: ¿qué tipo de reforma tiene en
mente? ¿Contempla la posibilidad de suprimir el IOR, el llamado banco
del Vaticano?
- Los pasos que fui dando en estos cuatro meses y medio vienen de dos
vertientes. El contenido de lo que había que hacer, todo, viene de la
vertiente de las congregaciones generales que tuvimos los cardenales. Fueron cosas que los cardenales
pedimos al que iba a ser el nuevo Papa. Yo me acuerdo que pedía muchas
cosas, pensando en otro (risas) Pedíamos que había que hacer esto...
Por ejemplo, en la comisión de ocho cardenales, es importante tener una
consulta outsider, no las consultas que se tienen, sino outsider. Esto
va en la línea, y aquí hago como una abstracción, en la línea de la
maduración de la relación entre sinodalidad y primado. Estos ocho
cardenales favorecen la sinodalidad. Ayudan a que los diversos
episcopados del mundo se vayan expresando en el mismo gobierno de la Iglesia.
Hay muchas propuestas que se hicieron que aún no están puestas en
práctica como la reforma de la secretaría del sínodo, en la metodología,
cómo la comisión postsinodal, que tenga carácter permanente de
consulta, cómo los consistorios cardenalicios con temáticas no tanto
formales como por ejemplo una canonización, sino con otras temáticas,
etcétera. La vertiente de los contenidos viene de ahí.
La segunda vertiente es la oportunidad. Te confieso que a mí no me
costó, al mes de pontificado, armar la comisión de los ochos
cardenales.
La parte económica pensaba tratarla el año que viene, porque no es lo
más importante que hay que tocar. Sin embargo, la agenda se cambió
debido a unas circunstancias que ustedes conocen, que son de dominio
público, y que aparecieron problemas y había que enfrentarlos. El
primero el problema del IOR: cómo encaminarlo, cómo delinearlo, cómo
reformularlo, cómo sanear lo que haya que sanear. Ahí está la primera
comisión de referencia.
Ustedes conocer el quirógrafo, sus integrantes, lo que se pide...
Después tuvimos la reunión de la comisión de los 15 cardenales que se
ocupan de los aspectos económicos de la Santa Sede.
Son de todas partes del mundo. Y allí, preparando la reunión, se vio la
comisión de hacer una misma comisión de referencia para toda la
economía de la Santa Sede. Se tocó el problema económico fuera de
agenda, pero estas cosas suceden en el oficio de gobierno. Uno va por
aquí pero le patean un golazo de allá y lo tiene que atajar, ¿no es
cierto? La vida es así y eso es lo lindo de la vida.
Respecto a la pregunta que me hacía del IOR. Perdón estoy hablando en
castellano (cambia al italiano) No sé cómo terminará el IOR. Algunos
dicen que tal vez es mejor que sea un banco, otro que es mejor que sea
un fondo de ayuda, otros dicen que hay que cerrarlo. Se escuchan estas
voces. Yo no sé, me fío del trabajo de las personas del IOR, que están
trabajando cone sto. también de la comisión. El presidente del IOR
continúa, el que había antes, mientras que el director y el vicedirector
han presentado su dimisión.
No sé decirle cómo terminará esta historia. Esto es también hermoso. Se
busca, se encuentra. Somos humanos. Debemos encontrar lo mejor, pero las
características del IOR sea un banco, un fondo o lo que sea, sus
características deben ser transparencia y honestidad. Debe ser así.
Gracias.
- Santo Padre, mi pregunta es tal vez indiscreta. Ha dado la
vuelta al mundo la fotografía de cuando hemos partido de usted, que sube
la escalerilla del avión llevando un maletín negro. Ha habido artículos
en todo el mundo comentando esta novedad. Ha habido hipótesis de qué
contenía el maletín. ¿Por qué la ha llevado usted y no un colaborador?
¿Nos puede decir que era dentro?
- No había dentro la llave de la bomba atómica. La llevaba porque
siempre lo he hecho. Cuando viajo la llevo. Dentro llevo la cuchilla de
afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer. Llevo uno sobre
Santa Teresita, de la que soy devoto. Siempre llevo el maletín cuando
viajo, es normal. Debemos ser normales. Es un poco extraño lo que me
dices que ha dado la vuelta al mundo esa foto. Debemos habituarnos a ser
normales. La normalidad de la vida
- Santidad, ¿por qué usted pide tan insistentemente que se rece
por usted? No es normal o habitual escuchar tanto a un Papa que pide que
recen por él.
-Yo siempre he pedido esto. Cuando era sacerdote lo pedía pero no tan
frecuentemente . He comenzado a pedirlo con cierta frecuencia en el
trabajo de obispo. Siento que si el Señor no ayuda en este trabajo, para
que el pueblo de Dios vaya hacia adelante, uno no puede.
Yo me siento de verdad con tantos límites, con tantos problemas, también
pecador. Vosotros lo sabéis. Debo pedir esto, me viene de dentro.
También a la Virgen le pido que rece por mí al Señor. Es una costumbre
que me viene de fuera, también de la necesidad que tengo por mi trabajo.
Siento que debo pedirlo. Es así.
- Santidad, en la búsqueda de hacer estos cambios, usted dijo al
grupo de América Latina que hay tantos santos que trabajan en el
Vaticano, pero también personas que son un poco menos santas. ¿Ha
encontrado resistencia a su deseo de cambiar las cosas en el Vaticano?
La segunda pregunta es: usted vive de un modo muy austero en Santa
Marta, ¿quiere que sus colaboradores, también los cardenales, sigan este
ejemplo y vivan en comunidad o es algo sólo para usted?
- Los cambios vienen también de dos vertientes. Lo que los cardenales
hemos pedido y lo que viene de mi personalidad. Usted hablaba de que me
he quedado en Santa Marta. Pero no podría vivir solo en el palacio, no
es lujoso. El apartamento pontificio no es tan lujoso, es amplio y
grande, pero no lujoso. Pero yo no puedo vivir solo o con un pequeño
grupito. Necesito a gente, encontrarme con la gente, hablar con la
gente.
Por eso cuando los chicos de las escuelas jesuitas me han preguntado que
si era por austeridad o por pobreza, les he dicho que no. Es por
motivos psiquiátricos, porque psicológicamente no puedo. Cada uno debe
llevar adelante su vida con su modo de vivir y de ser. Los cardenales
que trabajan en la Curia no viven como ricos o fastuosos. Viven en
apartamentitos, son austeros los que conozco.
Cada uno debe vivir como el Señor le pide que viva. La austeridad , una
austeridad general creo que es necesaria para todos, para todos los que
trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay muchas tonalidades de
austeridad, cada uno de buscar su camino.
Respecto a los santos, es verdad: hay santos en la curia. Cardenales,
sacerdotes, obispos, monjas, laicos... Es gente que reza, que trabaja
mucho y que también va al encuentro de los pobres. A escondidas. Yo sé
de algunos que dan de comer a los pobres o que en su tiempo libre acuden
a hacer ministerio en una iglesia o en otra. Hay santos en la curia.
Aunque también hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen
más ruido.
Ya sabéis que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Y
me duelen esas cosas. Hay algunos que dan escándalo. Tenemos este
monseñor en prisión, creo que aún sigue en prisión, y no ha ido a la
cárcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda... No era un
santo. Son escándalos y hacen daño.
Una cosa que nunca he dicho antes y de la que me he dado cuenta: creo
que la curia ha caído de nivel respecto al que tenía en los tiempos de
los viejos curiales, fiel, que hacía su trabajo. Necesitamos esas
personas. Creo que hay, pero no tantas como en una época. El perfil del
viejo curial, yo lo llamo así; tenemos que tener más de esos.
Sobre si encuentro resistencia…: si hay resistencia por ahora yo no la
he visto. Es verdad que no he hecho tantas cosas. Lo que si he
encontrado es ayuda y gente leal.
Por ejemplo, a mi me gusta cuando una persona me dice: ´Yo no estoy de
acuerdo´, y esto lo he encontrado. ´Yo esto no lo veo, no estoy de
acuerdo, yo se lo digo y luego haga lo que quiera´: alguien que te dice
eso es un verdadero colaborador, y eso lo he encontrado. Pero esos que
te dicen: "Ay, qué bonito, qué bonito, qué bonito", y luego dicen lo
contrario en otra parte, todavía no me he dado cuenta. Quizás hay
alguno, pero no me he dado cuenta de estas resistencias. En cuatro meses
no se pueden encontrar muchas.
- La sociedad brasileña ha cambiado, los jóvenes han cambiado. Usted no ha hablado sobre el aborto ni sobre el matrimonio
ente personas del mismo sexo. En Brasil se ha aprobado una ley que
amplía el derecho al aborto y otra que contempla los matrimonios entre
personas del mismo sexo. ¿Por qué no ha hablado sobre eso?
- La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era
necesario volver sobre eso, como tampoco hable sobre la estafa, la
mentira u otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina
clara. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que
abren camino a los chicos. Además los jóvenes saben perfectamente cuál
es la postura de la Iglesia.
- ¿Pero cuál es su postura en esos temas?
- La de la Iglesia, soy hijo de la Iglesia.
- Desde el 13 de marzo usted se presenta como obispo de Roma con
una enorme y fortísima insistencia. Nos gustaría saber el sentido
profundo de esta insistencia, si tal vez más que la colegialidad está
relacionado con el ecumenismo, con el ser primus inter paris...
- En esto no se debe ir más allá de lo que se dice. El Papa es obispo,
es obispo de Roma . Y porque es obispo de Roma es sucesor de Pedro,
vicario de Cristo. Son otros títulos, pero el primer título es obispo de
Roma y de ahí viene todo. Pensar que esto quiere decir ser primus inter
paris no, eso no, no es consecuencia de esto. Es simplemente que es el
primer título del Papa. Ha hablado de ecumenismo. Creo que esto favorece
un poco el ecumenismo, pero sólo eso.
- Una pregunta sobre sus sentimientos. Hace unas semanas, a un
niño que le preguntó cómo se sentía y si deseaba ser Papa, le dijo que
había que estar loco para ello. Después de su primera experiencia
multitudinaria como han sido estos días en Río, me pregunto si nos puede
contar como se siente siendo Papa, si es un trabajo duro, si es feliz
siéndolo y si de alguna manera ha acrecentado su fe o si por el
contrario ha tenido alguna duda...
- Hacer el trabajo de obispo es una cosa bonita, es bonito. El problema
es cuando uno busca ese trabajo, eso ya no es tan bonito, eso no es del
Señor. Pero cuando el Señor llama a un sacerdote a convertirse en obispo
eso es bonito. Existe siempre el peligro de creerse un poco superior a
los otros, no como los demás, un poco príncipe…. Son peligros y pecados.
Pero el trabajo de obispo es bonito, es ayudar a los hermanos a
avanzar.
El obispo delante de los fieles para señalar el camino, el obispo en
medio de los fieles para ayudar a la comunión, el obispo detrás de los
fieles porque los fieles con frecuencia tienen el olfato de la calle. Me
preguntaba si me gusta…. Sí, me gusta ser obispo. En Buenos Aires he
sido muy feliz. He sido feliz, el Señor me ha asistido en eso. Como
obispo he sido feliz, como sacerdote he sido feliz. En ese sentido me
gusta.
- ¿Y ser Papa le gusta?
- Si, también. Cuando el Señor te pone ahí, si tú haces lo que el Señor te pide eres feliz. Eso es lo que siento.
- Le hemos visto estos días lleno de energía, incluso por la
noche tarde, y le vemos ahora que está tranquilamente de pie mientras el
avión se mueve muchísimo. Se habla mucho de próxios viajes, se habla de
Jerusalén, de Argentina... ¿Tiene ya un calendario definido para el
próximo año?
- Definido, definido no hay nada. Pero puedo hablar de cosas que estamos
pensando. Definido 22 de septiembre Cagliari. Después, el 4 de octubre,
Asís. También tengo en mente, dentro de Italia, ir un día a ver a mi familia.
Cogerme un avión por la mañana y volver en otro por la noche, mis
familiares, pobrecillo, me llaman, tenemos una buena relación.
Fuera de Italia el patriarca Bartolomeo I quiere hacer un encuentro para
conmemorar los 50 años del encuentro entre Atenágoras y Pablo VI en
Jerusalén. El Gobierno israelí nos ha hecho una invitación especial para
ir a Jerusalén, el Gobierno de la Autoridad Palestina creo que lo
mismo. Esto se está pensando, aún no se sabe si se hará o no se hará.
En América Latina creo que no hay posibilidad de volver, porque el Papa
latinoamericano, que acaba de hacer el primer viaje a Latinoamérica…...
Adiós. Debemos esperar un poco.
Creo que se puede ir a Asia, pero está todo en el aire. He recibido
invitaciones para ir a Sri Lanka y a Filipinas. A Asia se debe ir. El Papa Benedicto XVI no ha tenido tiempo de ir a Asia, y es importante. Fue a Australia, Europa, América, pero no a Asia.
Ir a Argentina yo creo que se puede esperar un poco, porque yo creo que
todos estos viajes de los que le he hablado tienen una cierta prioridad.
Yo quería ir a Constantinopla el 30 de septiembre para visitar a
Bartolomeo I pero no es posible. No es posible por mi agenda. Si podemos
el encuentro lo haremos en Jerusalén.
- Cuando se ha reunido con los jóvenes argentinos, un poco en
broma y un poco en serio les ha dicho que a veces se sentí enjaulado. ¿A
qué se refería exactamente?
- ¿Usted sabe la de veces que he tenido ganas de pasear por las calles
de Roma? Porque a mi me gusta andar por las calles, me gustaba tanto y
en ese sentido me siento un poco enjaulado. Pero debo decir que los de
la Gendarmería vaticana son buenos, son realmente buenos y yo les estoy
agradecido. Ahora me dejan hacer algunas cuantas cosas más, pero es su
deber garantizar la seguridad.
»Enjaulado en ese sentido, de que a mi me gusta andar por la calle, pero
entiendo que no es posible, lo entiendo. Lo dije en ese sentido.
Porque, como decimos en Buenos Aires, yo era un sacerdote callejero.
(Preguntaba por el tiempo porque deben servir la cena... ¿Tenéis
hambre?)
P.- En Brasil la Iglesia católica está perdiendo fieles. ¿El
movimiento Renovación Carismática es una posibilidad de evitar que los
fieles se vayan a iglesias pentecostales?
-Es cierto lo que usted dice de la baja de fieles. Es cierto. Hemos
hablado con los obispos brasileños del problema en una reunión que hemos
tenido ayer. Usted preguntaba sobre el movimiento de la Renovación
Carismática. Pero les digo algo, a fines del 70, inicios 80, yo no los
podía ver. Una vez, hablando de ellos, había dicho esta frase: «estos
confunden una celebración litúrgica con una escola de samba». ¡Eso había
dicho! Me arrepentí.
Después conocí mejor, es verdad que el movimiento tiene buenos asesores y
ha ido en un buen camino. Ahora creo que este movimiento hace mucho
bien a la Iglesia, vive en la Iglesia. En Buenos Aires me reunía a
menudo y una vez por año hacía una misa
con todos ellos en la Catedral. Pero los he favorecido, me convertí, he
visto el bien que hacían. Porque en este momento de la Iglesia y amplío
un poco la respuesta, creo que los movimientos son necesarios.
Los movimientos son una gracia del Espíritu. ¿Pero como se puede
sostener un movimiento que es tan libre? ¡Es que la Iglesia es libre! El
Espíritu Santo hace lo que quiere, después él hace el trabajo de la
armonía. Pero creo que los movimientos son una gracia, esos movimientos
que tienen el Espíritu de la Iglesia. Por eso creo que el movimiento de
Renovación Carismática no sólo sirve para evitar que algunos pasen a los
pentecostales, sino que sirven a la Iglesia misma, que se renueva. Cada
uno busca el movimiento según su carisma, donde lo lleva el Espíritu.
- ¿Está cansado?
- No estoy casado, yo estoy soltero. (risas)
- Usted dijo que la Iglesia sin la mujer pierde fecundidad. ¿Qué
medidas concretas tomará por alcanzar esto, una mujer jefe dicasterio? Y
una pregunta técnica: ¿en el avión pidió un acondicionamiento especial?
- Empezamos por lo último: este avión no tiene ningún acondicionamiento
especial. Yo estoy adelante, tengo un buen asiento, común. Yo hice
escribir una carta e hice hacer un llamado telefónico para decir que yo
no quería acondicionamientos especiales. ¿Está claro?
Segundo, la mujer: una Iglesia sin mujeres es como el Colegio Apostólico
sin María. El rol de la mujer en la Iglesia no es sólo la maternidad,
la madre de familia, sino que es más fuerte, es el icono de la Virgen,
de la Madonna, esa que ayuda a crecer a la Iglesia.
Piensen que la Virgen es más importante que los apóstoles. La Iglesia es
femenina, es esposa, es madre. El rol de la mujer en la Iglesia no es
sólo el de mamá, que trabaja, que me da… es otra cosa. Los papas, Pablo
VI escribió una cosa lindísima sobre las mujeres, pero creo que debemos
ir más adelante en la explicitación de este rol y carisma de la mujer en
la Iglesia.
No se puede entender una Iglesia sin mujeres, pero mujeres activas en la
Iglesia, con su perfil, que llevan adelante. Yo pienso, un ejemplo que
no tiene nada que ver con la Iglesia, pero es un ejemplo histórico en
América Latina: Paraguay. Para mí la mujer del Paraguay es la mujer más
gloriosa de América latina. quedaron después de la guerra OCHO mujeres
por hombre. Y estas mujeres hicieron una elección difícil: la de tener
hijos para salvar la patria, la cultura, la fe y la lengua.
En la Iglesia hay que pensar en la mujer en esta perspectiva de
elecciones arriesgadas, pero como mujer, hay que explicitar. Creo que
aún no hemos hecho aún una profunda teología en la Iglesia. Sólo un poco
de eso, un poco de aquello, lee la lectura, mujeres monaguillo, es la
presidenta de Cáritas... Pero hay más, hay que hacer una profunda
Teología de la mujer. Esto es lo que pienso.
- Santidad, buenas noches, queríamos saber cuál es su relación de trabajo, no tanto amistosa, de colaboración, con Benedicto XVI. No ha habido antes una circunstancia así y si tiene contactos frecuentes y si lo está ayudando en la carga.
- La última vez que hubo dos papas o tres papas no se hablaban entre
ellos, se estaban peleando a ver quién era el verdadero. Tres llegaron a
haber durante el Cisma de Occidente. Hay algo que califica mi relación
con Benedicto: yo lo quiero mucho. Siempre lo quise mucho, para mí es un
hombre de Dios, es un hombre humilde, que reza. Yo fui muy feliz cuando
fue electo Papa.
También cuando él renunció para mí fue un ejemplo de un grande, un
hombre de Dios, un hombre de oración. Él ahora vive en el Vaticano y
algunos me dicen "pero cómo se puede hacer esto, dos papas en el
Vaticano, pero no te molesta, él no te hace la revolución en contra?".
Todas las cosas que dicen, no?
Pero yo encontré una frase para esto: es como tener al abuelo en casa,
pero el abuelo sabio, en una familia el abuelo está en casa, es
venerado, es amado, es escuchado. El es un hombre de una prudencia, no
se mete. Yo lo dije muchas veces: "Santidad, haga su vida, venga con
nosotros". Él vino para la inauguración de la estatua de San Miguel….
Para mí, esa frase dice todo: es como tener el abuelo en casa, es mi
papá.
Si yo tuviera una dificultad o tengo algo que no he entendido, puedo
llamarlo. Y cuando fui para hablar de ese problema grande de Vatileaks
él me dijo todo con una simplicidad. No sé si saben cuando nos habló en
el discurso de despedida, el 28 de febrero, entre ustedes está el
próximo Papa y yo prometo obediencia. Esto es grande, es un grande.
- Santo Padre buenas noches, gracias por haber traido tanta
alegria para Brasil y gracias por responder preguntas. Quisiera saber
porque usted ayer dijo a los obispos brasileños sobre la participación
de las mujeres en la Iglesia. ¿Cómo debe ser participación de las
mujeres en la Iglesia? Qué piensa de ordenación de las mujeres?
- Como dije, sobre la participación de las mujeres en la Iglesia no nos
podemos cerrar a que hagan las mujeres monaguillo, a la presidenta de
Cáritas, a la catequista, tiene que haber algo más, con lo que dije de
la Teología de la Mujeres.
En cuanto a la ordenación de las mujeres la Iglesia ha hablado y dice no. Lo ha dicho Juan Pablo II,
pero con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada. Pero
sobre esto quiero decirles algo: la Virgen María era más importante que
los apóstoles y que los obispos y que los diáconos y los sacerdotes.
La mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y que los
curas. ¿Cómo? Esto es lo que debemos tratar de explicitar mejor. Creo
que falta una explicación teológica sobre esto.
- Santo Padre, en este viaje usted ha hablado más de una vez de la misericordia. En cuanto al acceso de los sacramentos
de los divorciados vueltos a casr, ¿existe la posibilidad de que algo
cambie en la disciplina de la Iglesia y que estos sacramentos sean una
ocasión de acercar a estas personas y ni una barrera?
- Este es un tema que se pregunta siempre. La misericordia es más grande
de los casos de que usted habla. Creo que este cambio de época y
también tantos problemas de la Iglesia como los testimonios de algunos
sacerdotes no buenos, de corrupción de la Iglesia, también el problema
del clericalismo, ha dejado muchos heridos.
Y la Iglesia es madre, debe ir a curar a los heridos con misericordia.
Pero si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra
elección que ésa. Primero de todo, curar los heridos. La Iglesia es
mamá. Debe ir en este camino de la misericordia, encontrar una
misericordia para todos.
Pienso que cuando el hijo pródigo volvió a casa, el papá no le dijo
´¿quién sos? ¿qué hiciste con el dinero´. No, hizo una fiesta. Quizás
luego, cuando el hijo quiso hablar, habló. Pero no sólo esperó, fue a
encontrarlo. Esto es misericordia, esto es kairos.
Esta primera intuición la tuvo Juan Pablo II, cuando él comenzó con Faustina Kowalska, la divina Misericordia, había intuido que era una necesidad de este tiempo.
En cuanto el problema de la comunión a las personas en segunda unión
-porque los divorciados sí pueden hacer la comunión-, creo que esto es
necesario mirarlo en la totalidad de la pastoral matrimonial. Esto es un
problema.
Pero abro un paréntesis: los ortodoxos tienen una praxis diferente,
ellos siguen la teología de la economía, hacen una segunda posibilidad y
cierro paréntesis. Creo que este problema hay que estudiarlo en el
marco de la pastoral matrimonial. Y por eso uno de los temas a consultar
con estos 8 del consejo de cardenales, que nos reuniremos el 1, 2, 3 de
octubre, es cómo seguir adelante en la pastoral matrimonial.
Y otra segunda cosa, estuvo conmigo hace pocos días el secretario del
sínodo de obispos, para el tema del próximo sínodo, es un tema
antropológico, pero hablando y hablando vimos que este tema
antropológico hay que tratarlo en la pastoral matrimonial profundo.
Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial profunda, es un
problema y hay tantos problemas.
Les digo una: mi antecesor, el cardenal Quarracino decía que la mitad de
los matrimonios eran nulos porque se casan sin madurez, se casan sin
darse cuenta de que es por toda la vida, quizás se casan por motivos
sociales… y esto entra en la pastoral matrimonial.
Y también el problema judicial de la nulidad de matrimonios también eso
debemos revisar porque los tribunales eclesiásticos no bastan para eso.
Es complejo el problema de la pastoral matrimonial. Gracias.
- Buenas noches Santo Padre, quisiera saber si usted desde cuando es Papa todavía se siente jesuita.
- Es una pregunta teológica porque los jesuitas hacen votos de
obediencia al Papa. Pero si el Papa es jesuita, quizás tiene que hacer
voto de obediencia al Padre General de los Jesuitas (risas), no sé cómo
se soluciona esto.
Yo me siento jesuita en mi espiritualidad, en la espiritualidad de los
ejercicios, en la espiritualidad que tengo en el corazón. Tanto me
siento jesuita que en tres días iré a festejar con los jesuitas en la
Iglesia de San Ignacio , haré una misa a la mañana, no he cambiado
espiritualidad, sigo pensando como jesuita, no hipócritamente, pero
pienso como jesuita.
- A los cuatro meses de su pontificado, ¿nos puede hacer un
pequeño resumen? ¿Qué ha sido lo mejor, lo peor y qué le ha sorprendido
más en este periodo?
- De verdad que no sé cómo responder a esta pregunta. Cosas malas no ha
habido. Cosas buenas sí. Por ejemplo el encuentro con los obispos
italianos. Ha sido muy bonito.
Una cosa dolorosa, que me ha golpeado el corazón, fue la visita a
Lampedusa. Cuando llegan estas barcas, los dejan a algunas millas de
distancia de la costa y ellos tienen que llegar solos. Ha sido doloroso
porque pienso que estas personas son víctimas del sistema socioeconómico
mundial.
Pero la cosa peor [tono de broma] fue una ciática, de verdad, la tuve en
el primer mes. Fue dolorosísimo. No se la deseo a ninguno. He
encontrado muchas personas en el Vaticano. Pero buenas, buenas, buenas.
- En nombre de los 50.000 argentinos que me encontré y me decían
vas a viajar con el Papa preguntarle cuándo va a viajar pero ya dijo
que no va a viajar, entonces le voy a hacer una pregunta más difícil.
¿Se asustó cuando vio el informe Vatileaks?
- No. Les voy a contar una anécdota sobre el informe Vatileaks. Cuando
fui a ver al papa Benedicto, después de rezar en la capilla nos reunimos
en el estudio y había una caja grande y un sobre. Benedicto me dijo: en
esta caja grande están todas las declaraciones que han prestado los
testigos. Y el resumen y las conclusiones finales están en este sobre. Y
aquí se dice tal, tal, tal.… Lo tenía todo en la cabeza. Pero no, no me
he asustado. Es un problema grande, pero no me he asustado.
-Dos cosas. La primera, ¿tiene la esperanza de que este viaje
sirva para detener la pérdida de fieles que en Brasil ha sido muy
fuerte? ¿Cree que su viaje puede contribuir a que la gente vuelva a la
Iglesia? La segunda es más familiar: a usted le gustaba mucho la
Argentina y llevaba muy en el corazón a Buenos Aires. Los argentinos se
preguntan si usted no extraña ir en colectivo, andar por la calle...
- Un viaje papal siempre hace bien, pero no solo por la presencia del
Papa, pero esta Jornada de la Juventud se han movilizado muchos jóvenes y
ellos harán mucho bien a la Iglesia. Creo que esto será positivo pero
no solo por el viaje, sino sobre todo por la jornada. Ha sido un evento
maravilloso. Y de Buenos Aires, sí. Buenos Aires me falta. Pero es una
falta serena. Yo creo que usted conoce mejor con el libro que ha
escrito...
- Gracias por haber mantenido la promesa de mantener las
preguntas a la vuelta. La pregunta: usted va a canonizar a dos grandes
papas, a Juan XXIII y a Juan Pablo II, quería saber cuál es según usted
el modelo de santidad del uno y del otro y el impacto que han tenido en
la Iglesia y en usted.
- Juan XXIII es un poco la figura del cura de pueblo. El cura que ama a
cada uno de sus fieles y sabe cuidar a sus fieles. Y esto lo ha hecho
como arzobispo, como nuncio...… Es un cura de pueblo bueno, y con un
sentido del humor muy grande y una gran santidad.
Cuando era nuncio, algunos no lo querían mucho en el Vaticano y cuando
llegaba a llevar cosas o a pedir alguna cosa en las oficinas, lo hacían
esperar. Nunca se quejaba. Rezaba el rosario, leía el breviario... Era un hombre humilde. Y también alguien que se preocupaba por los pobres.
Una vez, el cardenal Casaroli volvió de una misión creo que en Turquía o
en la antigua Checoslovaquia y fue a verlo para informarle de la
misión, en aquellos tiempos de la diplomacia de pequeños pasos. Cuando
Casaroli se iba, lo paró y le dijo: excelencia, una pregunta: ¿usted
continua yendo a visitar a aquellos jóvenes presos la cárcel de menores
de Casal del Marmo? El cardenal le dijo que sí y Juan XXIII le pidió: no
los abandone nunca. Era un grande. Un hombre que se dejaba guiar por el
Señor.
Y Juan Pablo II fue un gran visionario de la Iglesia. Un hombre que ha
llevado el Evangelio a todos. Es un san Pablo. Un grande. Hacer la
ceremonia de canonización juntas es un mensaje a la Iglesia: estos dos
son buenos.
Y también siguen su curso las causas de Pablo VI y del papa Luciani.
Quería decir que la fecha de canonización yo pensaba en diciembre, pero
hay un gran problema: los pobres que tienen que venir de Polonia. Porque
los que tienen dinero pueden venir en avión, pero para los pobres que
tengan que venir en autobús el viaje en diciembre es muy duro. Creo que
habrá que repensar la fecha. Yo he hablado con el cardenal ... y hemos
visto dos posibilidades, o Cristo Rey
de este año o el domingo de la Misericordia del próximo año. Creo que
es poco tiempo el Cristo Rey de este año. No sé, debo hablar otra vez
con el cardenal X sobre esto.
- Quiero hacerle una pregunta un poco delicada. La historia de
monseñor Ricca ha dado la vuelta al mundo, quería saber como va afrontar
este asunto y todo lo relacionado con el lobby gay en el Vaticano.
- Con respecto a monseñor Ricca, he hecho lo que el derecho canónico
manda hacer, que es la investigación previa. Y esta investigación no
dice nada de lo que se ha publicado. No hemos encontrado nada. Pero yo
querría añadir una cosa sobre esto.
Yo pienso que tantas veces en la Iglesia, con relación a este caso y a
otros casos, se va a buscar los pecados de juventud, por ejemplo. Y se
publican. Pero si una persona –laica, cura, o monja— comete un pecado y
luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona,
olvida. Y esto para nuestra vida es importante. Cuando confesamos, el
señor perdona y olvida.
Y nosotros no tenemos derecho a no olvidar. Porque corremos el riesgo de
que el Señor no se olvide de lo nuestro. Es un peligro. Lo importante
es hacer una teología del pecado. Muchas veces pienso en San Pedro. Hizo
de los peores pecados, renegar de Cristo. Y con ese pecado lo hicieron
Papa.
Y respondiendo a su otra pregunta concreta, hemos hecho la investigación previa y no hemos encontrado nada.
Luego usted hablaba del lobby gay. Se escribe mucho del lobby gay.
Todavía no me encontrado con ninguno que me dé el carné de identidad en
el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra
con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho
de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una persona es gay y
busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El
catecismo
de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella esto. Dice que no
se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la
sociedad. El problema no es tener esta tendencia.
Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby. De esta tendencia o
lobby de los avaros, de los políticos, de los masones... Tantos lobbys.
Este el problema más grande. Le agradezco tanto que me haya hecho esta
pregunta. Gracias a todos.