PIURA, 28 Dic. 12 / 07:00 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú) y presidente de la Comisión para la Familia y la Defensa de la Vida
de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Mons. José Antonio Eguren,
denunció que “los poderosos de hoy”, a manera de “nuevos Herodes,
quieren imponernos su ideología de muerte que es totalmente ajena al
sentir de la inmensa mayoría de nuestros pueblos, amantes de la vida”.
En su homilía por la Fiesta de los Santos Mártires Inocentes, que dedicó a los niños y niñas víctimas del aborto que fallecieron en Piura y Tumbes en 2012, Mons. Eguren señaló que “con dolor constatamos hoy en día que la sombra de muerte del aborto pretende envolvernos en el Perú y en nuestro continente latinoamericano”.
El Arzobispo exhortó a los fieles a no permitir “que unos cuantos políticos y juristas oportunistas, en alianza con organizaciones abortistas que poseen mucho poder económico, cambien las leyes de nuestra Patria y legalicen el aborto en el Perú”.
“Hoy en día, hay que decirlo una y otra vez: un ser humano por nacer es tan digno de vivir y de ser amado, de ser protegido y defendido, como lo es un recién nacido”, subrayó.
Mons. Eguren reiteró en su homilía que “el aborto no puede ser nunca un derecho humano. Es exactamente lo opuesto”.
El Arzobispo de Piura y Tumbes señaló que, al mirar a la Virgen, “que lleva a Jesús en su seno, vemos que allí donde hubiera podido cometerse un homicidio, se hubiera podido consumar un deicidio. ¿Qué mayor prueba que ésta, de que la vida humana es un don sagrado que siempre debe ser respetada y acogida desde la concepción hasta su fin natural?”.
“En el misterio de Dios encarnado comprendemos mejor la sacralidad de la vida humana: si bien ella ha sido originada por nosotros, no proviene sólo de nosotros, sino de Dios. Que la Navidad sea ocasión para reafirmar un Sí a la Vida por Nacer y un No rotundo al crimen del aborto”, dijo.
Mons. Eguren también recordó que el Papa Benedicto XVI, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2013, “nos advierte contra el gran mal que significa la liberalización del aborto y se opone firmemente a reglamentar este falso derecho o libertad que amenaza el derecho fundamental a la vida, mediante leyes, sentencias judiciales, convenciones internacionales, planes nacionales, o decretos supremos inicuos, basados en una visión reductiva y relativista del ser humano”.
El presidente de la Comisión para la Familia de la CEP dijo a los fieles que “hay que afirmar con claridad que el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida desde su concepción, no es una verdad de fe, y por tanto un asunto simplemente confesional, aunque reciba de la fe una nueva luz y confirmación”.
“Este derecho está inscrito en la misma naturaleza humana, y por tanto se puede conocer por la razón y es común a toda la humanidad”, aseguró.
Mons. Eguren indicó que “cuando afirmamos que la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, desde el primer momento de la existencia, estamos hablando de un asunto de humanidad”.
“Si la Iglesia hace suya la causa de los niños por nacer, si Ella se hace la voz de los que no tienen voz pero sí el derecho intocable a la vida, es porque ‘el hombre es el camino primero y fundamental de la Iglesia’ y porque nada de lo humano le es ajeno al Evangelio que Ella anuncia por mandato de su Señor”, dijo.
“La Iglesia no puede abandonar jamás a la persona humana, señaló.
Mons. Eguren expresó que “además de orar por los niños y niñas abortados en el año 2012, queremos pedir al Señor por la conversión de todos aquellos que directa o indirectamente han procurado un aborto”.
El Arzobispo también pidió “por la conversión de aquellos que traman una y otra vez con insidia e intriga la despenalización y la legalización del aborto en el Perú”. “Recemos también esta noche para que el aborto nunca sea aprobado en nuestra Patria”, dijo.
Mons. Eguren también hizo un llamado a los políticos peruanos, recordándoles que “la apertura y defensa de la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Incluyamos en nuestros planes políticos, sociales, culturales y económicos al niño por nacer y junto con él a la familia, célula primera y vital de la sociedad, patrimonio de la humanidad”.
“Ninguna otra institución puede sustituir a la familia. Sólo así la inclusión social de la que hoy tanto se habla, será verdadera y podremos darle a nuestro futuro un rostro verdaderamente humano”, señaló.
El Prelado exhortó a los jóvenes con vocación al matrimonio a buscar “siempre las exigencias del amor hermoso; que tengan relaciones afectivas sinceras y puras; que se preparen al matrimonio en la castidad y pureza. Jóvenes: no caigan en la tentación de reducir el amor a un mero placer egoísta y genital”.
“A los padres de familia les pido que acojan con amor a cada hijo con el que sean bendecidos. Acójanlo desde el primer momento en que se enteran que ya esta viviendo en el vientre de su madre; denle todo su amor y protección ya que como ustedes, tiene el derecho sagrado e inviolable a vivir y a nacer”, indicó.
El Arzobispo recordó a los padres que “sin la gracia del sacramento matrimonio y de la Eucaristía dominical, les será muy difícil amarse como esposos, crecer en el amor fiel, educar a sus hijos en la fe y formar un hogar que sea cenáculo de amor y santuario de la vida”.
Mons. Eguren concluyó pidiéndole a aquellas mujeres embarazadas que atraviesan situaciones difíciles o de confusión, que “no caigas en la tentación de abortarlo. Nada justifica matar a tu hijo”.
“No añadas al sufrimiento de matarlo el sufrimiento que vivirás después, porque relativamente fácil puede ser sacar a un hijo del vientre, pero muy difícil será sacarlo después de tu mente y corazón”, señaló.
En su homilía por la Fiesta de los Santos Mártires Inocentes, que dedicó a los niños y niñas víctimas del aborto que fallecieron en Piura y Tumbes en 2012, Mons. Eguren señaló que “con dolor constatamos hoy en día que la sombra de muerte del aborto pretende envolvernos en el Perú y en nuestro continente latinoamericano”.
El Arzobispo exhortó a los fieles a no permitir “que unos cuantos políticos y juristas oportunistas, en alianza con organizaciones abortistas que poseen mucho poder económico, cambien las leyes de nuestra Patria y legalicen el aborto en el Perú”.
“Hoy en día, hay que decirlo una y otra vez: un ser humano por nacer es tan digno de vivir y de ser amado, de ser protegido y defendido, como lo es un recién nacido”, subrayó.
Mons. Eguren reiteró en su homilía que “el aborto no puede ser nunca un derecho humano. Es exactamente lo opuesto”.
El Arzobispo de Piura y Tumbes señaló que, al mirar a la Virgen, “que lleva a Jesús en su seno, vemos que allí donde hubiera podido cometerse un homicidio, se hubiera podido consumar un deicidio. ¿Qué mayor prueba que ésta, de que la vida humana es un don sagrado que siempre debe ser respetada y acogida desde la concepción hasta su fin natural?”.
“En el misterio de Dios encarnado comprendemos mejor la sacralidad de la vida humana: si bien ella ha sido originada por nosotros, no proviene sólo de nosotros, sino de Dios. Que la Navidad sea ocasión para reafirmar un Sí a la Vida por Nacer y un No rotundo al crimen del aborto”, dijo.
Mons. Eguren también recordó que el Papa Benedicto XVI, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2013, “nos advierte contra el gran mal que significa la liberalización del aborto y se opone firmemente a reglamentar este falso derecho o libertad que amenaza el derecho fundamental a la vida, mediante leyes, sentencias judiciales, convenciones internacionales, planes nacionales, o decretos supremos inicuos, basados en una visión reductiva y relativista del ser humano”.
El presidente de la Comisión para la Familia de la CEP dijo a los fieles que “hay que afirmar con claridad que el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida desde su concepción, no es una verdad de fe, y por tanto un asunto simplemente confesional, aunque reciba de la fe una nueva luz y confirmación”.
“Este derecho está inscrito en la misma naturaleza humana, y por tanto se puede conocer por la razón y es común a toda la humanidad”, aseguró.
Mons. Eguren indicó que “cuando afirmamos que la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, desde el primer momento de la existencia, estamos hablando de un asunto de humanidad”.
“Si la Iglesia hace suya la causa de los niños por nacer, si Ella se hace la voz de los que no tienen voz pero sí el derecho intocable a la vida, es porque ‘el hombre es el camino primero y fundamental de la Iglesia’ y porque nada de lo humano le es ajeno al Evangelio que Ella anuncia por mandato de su Señor”, dijo.
“La Iglesia no puede abandonar jamás a la persona humana, señaló.
Mons. Eguren expresó que “además de orar por los niños y niñas abortados en el año 2012, queremos pedir al Señor por la conversión de todos aquellos que directa o indirectamente han procurado un aborto”.
El Arzobispo también pidió “por la conversión de aquellos que traman una y otra vez con insidia e intriga la despenalización y la legalización del aborto en el Perú”. “Recemos también esta noche para que el aborto nunca sea aprobado en nuestra Patria”, dijo.
Mons. Eguren también hizo un llamado a los políticos peruanos, recordándoles que “la apertura y defensa de la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Incluyamos en nuestros planes políticos, sociales, culturales y económicos al niño por nacer y junto con él a la familia, célula primera y vital de la sociedad, patrimonio de la humanidad”.
“Ninguna otra institución puede sustituir a la familia. Sólo así la inclusión social de la que hoy tanto se habla, será verdadera y podremos darle a nuestro futuro un rostro verdaderamente humano”, señaló.
El Prelado exhortó a los jóvenes con vocación al matrimonio a buscar “siempre las exigencias del amor hermoso; que tengan relaciones afectivas sinceras y puras; que se preparen al matrimonio en la castidad y pureza. Jóvenes: no caigan en la tentación de reducir el amor a un mero placer egoísta y genital”.
“A los padres de familia les pido que acojan con amor a cada hijo con el que sean bendecidos. Acójanlo desde el primer momento en que se enteran que ya esta viviendo en el vientre de su madre; denle todo su amor y protección ya que como ustedes, tiene el derecho sagrado e inviolable a vivir y a nacer”, indicó.
El Arzobispo recordó a los padres que “sin la gracia del sacramento matrimonio y de la Eucaristía dominical, les será muy difícil amarse como esposos, crecer en el amor fiel, educar a sus hijos en la fe y formar un hogar que sea cenáculo de amor y santuario de la vida”.
Mons. Eguren concluyó pidiéndole a aquellas mujeres embarazadas que atraviesan situaciones difíciles o de confusión, que “no caigas en la tentación de abortarlo. Nada justifica matar a tu hijo”.
“No añadas al sufrimiento de matarlo el sufrimiento que vivirás después, porque relativamente fácil puede ser sacar a un hijo del vientre, pero muy difícil será sacarlo después de tu mente y corazón”, señaló.