En un gesto que demuestra el compromiso
de buena parte de los obispos franceses en la defensa de la familia, no
sólo teórico, sino respaldando a quienes se mojan en esa causa, el obispo de Bayona, Marc Aillet, ha respaldado públicamente a Nicolás B.,
el joven condenado a cuatro meses de cárcel (de los cuales deberá
cumplir dos) tras ser detenido en una manifestación pacífica contra el
matrimonio homosexual.
Apoyo incondicional del obispo
El obispo ha difundido un comunicado, que abre su página web, donde recuerda que Nicolás fue condenado el pasado miércoles 19 "por participar en una manifestación pacífica el día 16 contra la ley Taubira. Los cargos parecen surrealistas, y la pena desproporcionada en relación a los hechos. Se trata, manifiestamente, de una forma política de represión policial y judicial que marca un punto de inflexión en el tratamiento arbitrario contra quienes se oponen al matrimonio y a la adopción por parejas del mismo sexo".
"Aprecio el compromiso del joven Nicolás", concluye monseñor Aillet su valiente declaración, "y el de quienes, como él, trabajan para defender con determinación y sin violencia el derecho de los niños a crecer con un padre y una madre... Ellos son el orgullo y la esperanza de nuestra sociedad. Su coraje, hasta llegar a la prisión, es ya una victoria: ¡no se puede encadenar la Verdad!".
Un líder nato, universitario esforzado y brillante...
Nicolas es uno de los cinco fundadores de los Veilleurs, movimiento de oración a favor de la familia que a raíz de la aprobación en Francia del matrimonio y adopción homosexuales organiza concentraciones públicas nocturnas donde se lee, se reza y se debate sobre la cuestión.
Apoyo incondicional del obispo
El obispo ha difundido un comunicado, que abre su página web, donde recuerda que Nicolás fue condenado el pasado miércoles 19 "por participar en una manifestación pacífica el día 16 contra la ley Taubira. Los cargos parecen surrealistas, y la pena desproporcionada en relación a los hechos. Se trata, manifiestamente, de una forma política de represión policial y judicial que marca un punto de inflexión en el tratamiento arbitrario contra quienes se oponen al matrimonio y a la adopción por parejas del mismo sexo".
"Aprecio el compromiso del joven Nicolás", concluye monseñor Aillet su valiente declaración, "y el de quienes, como él, trabajan para defender con determinación y sin violencia el derecho de los niños a crecer con un padre y una madre... Ellos son el orgullo y la esperanza de nuestra sociedad. Su coraje, hasta llegar a la prisión, es ya una victoria: ¡no se puede encadenar la Verdad!".
Un líder nato, universitario esforzado y brillante...
Nicolas es uno de los cinco fundadores de los Veilleurs, movimiento de oración a favor de la familia que a raíz de la aprobación en Francia del matrimonio y adopción homosexuales organiza concentraciones públicas nocturnas donde se lee, se reza y se debate sobre la cuestión.
El joven, natural de Angers y de 23 años, estudiante de Ciencias Política y de Historia en una universidad y de Ingeniería en otra,
se ha convertido en un icono nacional de Manif pour Tous, el colectivo
que ha unido y catapultado la resistencia de la sociedad francesa al
ataque de Françoise Hollande a la familia, duramente reprimido por la
policía que comanda el ministro de origen español y antiguo (dice su entorno) masón Manuel Valls.
...y ahora un icono de la represion socialista
Por todo el país se están organizando desde su detención manifestaciones para pedir la liberación de lo que consideran "un prisionero político", como apunta la página de Facebook creada ad hoc.
Su arresto tuvo lugar cuando, junto a un grupo de otros trescientos jóvenes, se juntaron en los Campos Elíseos y recibieron una dura carga policial. Nicolas se refugió en una pizzería, en la que entraron a saco policías vestidos de civil reduciéndole violentamente y causando destrozos y el cierre del local durante un cuarto de hora.
Fueron a por él personalmente
Una joven testigo de los hechos, Anastasia, ha descrito los excesos durante su detención, pero señalando algo más: que iban específicamente a por él, por su capacidad de liderazgo. "Creo que le vigilaban personalmente. Las cuarenta personas que fueron interrogadas a la vez que él fueron liberadas tras un control de identidad, mientras que a él le metieron en el furgón", explica, antes de añadir que durante la vista "los magistrados se rieron varias veces de él: fue una mascarada, un proceso político" encubierto como resistencia a la autoridad a pesar de que el abogado presentó como pruebas exculpatorias vídeos que muestran lo contrario.
Para este fin de semana están convocadas en toda Francia decenas de concentraciones en apoyo de Nicolas, cuyo caso ha supuesto una nueva derrota del gobierno socialista francés ante la opinión pública. La masiva reacción social, que no esperaban y ha sido transversal, incluyendo a personalidades relevantes de izquierdas, ha desbordado al ejecutivo de Hollande, que sólo ha sabido responder con represión policial.
Que un obispo respalde pública e incondicionalmente a una de sus víctimas introduce ahora una novedad significativa y radical, porque desactiva la pretensión gubernamental de que las detenciones obedecen a la violencia de los extremistas. Monseñor Aillet ha dejado claro que, al menos en el caso de Nicolas (el más grave, pero no el único), es justo al revés.
...y ahora un icono de la represion socialista
Por todo el país se están organizando desde su detención manifestaciones para pedir la liberación de lo que consideran "un prisionero político", como apunta la página de Facebook creada ad hoc.
Su arresto tuvo lugar cuando, junto a un grupo de otros trescientos jóvenes, se juntaron en los Campos Elíseos y recibieron una dura carga policial. Nicolas se refugió en una pizzería, en la que entraron a saco policías vestidos de civil reduciéndole violentamente y causando destrozos y el cierre del local durante un cuarto de hora.
Fueron a por él personalmente
Una joven testigo de los hechos, Anastasia, ha descrito los excesos durante su detención, pero señalando algo más: que iban específicamente a por él, por su capacidad de liderazgo. "Creo que le vigilaban personalmente. Las cuarenta personas que fueron interrogadas a la vez que él fueron liberadas tras un control de identidad, mientras que a él le metieron en el furgón", explica, antes de añadir que durante la vista "los magistrados se rieron varias veces de él: fue una mascarada, un proceso político" encubierto como resistencia a la autoridad a pesar de que el abogado presentó como pruebas exculpatorias vídeos que muestran lo contrario.
Para este fin de semana están convocadas en toda Francia decenas de concentraciones en apoyo de Nicolas, cuyo caso ha supuesto una nueva derrota del gobierno socialista francés ante la opinión pública. La masiva reacción social, que no esperaban y ha sido transversal, incluyendo a personalidades relevantes de izquierdas, ha desbordado al ejecutivo de Hollande, que sólo ha sabido responder con represión policial.
Que un obispo respalde pública e incondicionalmente a una de sus víctimas introduce ahora una novedad significativa y radical, porque desactiva la pretensión gubernamental de que las detenciones obedecen a la violencia de los extremistas. Monseñor Aillet ha dejado claro que, al menos en el caso de Nicolas (el más grave, pero no el único), es justo al revés.